Reynés (Naturgy) considera que los precios energéticos no escapan a la volalitidad por la geopolítica
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha considerado que los precios de la energía, especialmente el gas natural, «no han escapado de la volatilidad» que pueden representar los movimientos geopolíticos, a pesar de estar actualmente en unos niveles mucho más normalizados de los máximos que se vieron con la crisis por la guerra en Ucrania.
En su participación en el foro Wake Up Spain 2024 , señaló que, como se ha visto este fin de semana con el conflicto entre Irán e Israel, «las tensiones geopolíticas no han desaparecido» y que «de hecho los mercados ya están descontando escenarios en donde pueden haber diferentes abanicos de evolución de las commodities energéticas».
Lo que sí que estimó Reynés es que ahora una posible crisis cogería en una situación mejor en el caso del gas natural, ya que los niveles de llenado los almacenamientos son «mucho mejor» y, además, se ha podido conseguir a «unos precios más bajos».
Por otra parte, el presidente de Naturgy dejó clara la apuesta de Naturgy por el biometano y el biogás, a pesar de reconocer que el hidrógeno será «el gran combustible del futuro, ya que es el elemento químico más abundante en el universo».
«Nadie puede escapar de esas realidades. Otra cosa es que producirlo requiere la obtención de un proceso suficientemente compatible con el bajo coste. La electrólisis no es hoy por hoy un proceso de bajo coste, sino que requiere energías renovables, de generación eléctrica renovable, que estén anexadas y esto requerirá un tiempo», dijo.
IMAZ: «DESCARBONIZAR NO ES SOLAMENTE ELECTRIFICAR».
Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, defendió que la descarbonización no pasa solamente por la electrificación y pidió abordar este proceso de transición energética desde el «raciocinio y tranquilidad», dejando de lado «dogmas, demagogias o discursos populistas que muchas veces se hacen en torno a esta cuestión».
«La electricidad es una parte muy importante de la descarbonización, además está haciendo bien los deberes. Pero descarbonizar no es solamente electrificar», aseguró.
En este sentido, abogó por una descarbonización que no deje de lado la seguridad de suministro necesaria para mantener las actividades económicas.
«En 2022 la demanda eléctrica fue del 23%, el mismo porcentaje que cinco años antes. Por tanto, esto quiere decir que el 77% restante de la economía no utilizó la electricidad», dijo, poniendo en valor la apuesta del grupo por los combustibles renovables.
IBERDROLA: LA ELECTRIFICACIÓN ES UNA OPORTUNIDAD PARA ESPAÑA Y EUROPA
Mientras, el consejero delegado de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle, estimó que la reindustrialización de Europa «tiene que ser una aspiración a través de la electrificación de la economía».
El directivo aseveró que desde Iberdrola «claramente» apuestan por la electrificación de la economía, ya que consideró que «ahí es donde hay una oportunidad industrial de magnitud para España y para Europa».
Asimismo, destacó el papel de las redes eléctricas en el impulso de la transición energética, para lo que consideró que será necesario contar con incentivos, una regulación «clara», una política fiscal que «incentive la inversión».
BOGAS ADVIERTE DEL «PROBLEMA» DEL CIERRE DE LAS NUCLEARES.
Por su parte, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, advirtió del «problema» que puede representar el cierre de las centrales nucleares, especialmente en regiones como Cataluña donde el 59% de la energía que se consume es generado por estas plantas.
No obstante, recordó que en 2019 se firmó un protocolo para el cierre ordenado del parque nuclear en España en el periodo 2027-2035 y, aunque subrayó que «intelectualmente» es partidario de alargar su vida útil, aseguró Endesa cumplirá lo pactado.
De todas maneras, Bogas subrayó que el 24% de la energía que se consume en España viene de la nuclear, «que es una energía limpia, libre de emisiones de CO2, que da estabilidad al sistema y que evita la utilización de combustibles fósiles».
Finalmente, el ejecutivo de Endesa consideró que el impuesto extraordinario a las energéticas representa «un problema para las inversiones».
En este sentido, indicó que los más de 200 millones que paga Endesa en este concepto son «200 millones menos de incremento de la productividad, 200 millones menos de no crecimiento de la economía española».
Por ello, afirmó que tratar de hacerlo permanente, aunque bajo un nuevo diseño, es «un error estratégico y de país otra vez tremendo y que debería de corregirse».