Banco de España destaca al riesgo geopolítico como el principal riesgo de estabilidad financiera
El Banco de España ha destacado que el riesgo geopolítico se mantiene como uno de los principales riesgos para la estabilidad financiera, algo que se ha venido a confirmar de nuevo este fin de semana tras las hostilidades de Irán hacia Israel.
«Los conflictos militares en Ucrania y Oriente Próximo continúan siendo focos de tensión geopolítica elevada y, a pesar de que su escala se mantiene contenida, constituyen una fuente de incertidumbre de difícil cuantificación», se puede leer en el informe semestral de estabilidad financiera que ha publicado este lunes el organismo.
En el informe se recogen sobre todo las tensiones que afectaron hace unas semanas al mar Rojo y su potencial para perturbar negativamente el comercio de energía y de otras materias primas –y de forma más general el tráfico de mercancías– y para provocar descensos abruptos de los precios de los activos financieros con riesgo.
Aparte de estos dos focos de conflicto bélico, Banco de España también ha puesto el foco en que es necesario seguir vigilando las tensiones entre China y Estados Unidos, así como los procesos electorales que tendrán lugar durante 2024.
Entre los riesgos identificados por el organismo también está una posible inflación más elevada y persistente. No obstante, este riesgo ha descendido en comparación con hace seis meses porque la inflación se ha reducido a un ritmo mayor del anticipado.
«La inflación del sector servicios ha mostrado mayor resistencia a la reducción que la de los bienes industriales no energéticos, de la misma forma que durante la etapa de presiones inflacionarias presentó mayor resistencia al aumento», explica Banco de España.
Por otro lado, el supervisor sitúa como riesgo un posible incremento en la aversión al riesgo de los agentes económicos. En concreto, ahora mismo existe una baja aversión al riesgo a pesar de la incertidumbre geopolítica y de unas expectativas de bajo crecimiento económico.
La persistencia del desalineamiento de la valoración de activos financieros con riesgo y los fundamentales macroeconómicos «eleva la probabilidad de que se produzca un incremento de la aversión al riesgo de los agentes», considera Banco de España.
Como en anteriores informes, se mantiene el riesgo a la baja sobre el crecimiento económico. Según indica la entidad, en el área del euro, la actividad mantuvo un «tono de debilidad» en la segunda mitad de 2023, y se espera una recuperación lenta y gradual a lo largo de 2024, inferior a la prevista el otoño pasado, con un crecimiento que se mantendría en cualquier caso en tasas reducidas en el medio plazo.
En este contexto de riesgos, Banco de España ha identificado tres vulnerabilidades. La primera de ellas es el nivel «elevado» de endeudamiento público, con el déficit situado en el 3,6% sobre el PIB en 2023, mientras que la ratio de deuda pública alcanzó el 107,7%. En ausencia de cambios en las políticas fiscales para cumplir con las nuevas reglas europeas, la ratio de deuda pública podría alcanzar el 120% en 2040.
También se sitúa como vulnerabilidad la «debilidad financiera» de empresas no financieras y hogares, ante la presión al alza que ejercen los tipos de interés sobre el coste medio de la deuda. Este impacto se verá aliviado por el descenso de los tipos de referencia aunque, en todo caso, seguirán en 2024 por encima del nivel previo al ciclo de endurecimiento.
La tercera gran vulnerabilidad identificada son las debilidades en la capacidad de intermediación en el sector financiero. «La coyuntura del actual ciclo de subida de tipos de interés limitaría las posibilidades de crecimiento adicional del margen de intereses a través de la traslación de las subidas de los tipos de referencia», explica Banco de España.