Marcano y Lombó asisten a la recreación histórica de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Se ha entregado la medalla de oro del Museo y la distinción de embajador al Museo Naval de Madrid y al periodista Quico Taronjí, respectivamente
El consejero de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, Javier López Marcano, y la consejera de Educación y Formación Profesional, Marina Lombó, han asistido este sábado a la recreación histórica de la toma de posesión del brigadier Fernando Casado de Torres en La Cavada, fiesta de Interés Turístico Regional que destaca la importancia de la Real Fábrica de Artillería que durante dos siglos proporcionó munición y piezas de artillería al ejército y a la Armada española.
En la edición de este año se ha procedido a entregar, por primera vez, la medalla de oro del Museo de la Real Fábrica de Artillería que ha recaído en el Museo Naval de Madrid, y también se ha nombrado embajador del museo al periodista y presentador de RTVE, Quico Taronjí.
Los consejeros, acompañados por el alcalde de Riotuerto, Alfredo Madrazo, y el director de la Asociación de Amigos del Real Museo de Artillería, Ángel Cuadrado, han participado en el desfile por las calles de La Cavada que se ha iniciado en la sede del museo.
En la celebración han participado miembros de la Agrupación 31 de agosto de la Tamborrada de San Sebastián, con su compañía de fusileros, banda de música con pífanos y tambores y un grupo de niños de Riotuerto que han hecho sonar una tamborrada infantil.
También se ha escenificado la toma de posesión como director de la fábrica del brigadier don Fernando Casado de Torres, marino e ingeniero naval de La Armada española al que han acompañado otros personajes históricos.
El acto se ha cerrado con una salva del cañón de 48 libras, el más grande de esas características construido que aún está operativo.
La Real Fábrica de Artillería de La Cavada contribuyó durante más de dos siglos (1622-1835) a producir elementos de artillería y munición para los ejércitos y la Armada españoles. Hubo momentos en que se fabricaron mil cañones al año y estuvo a la altura de las innovaciones tecnológicas de la época con las nuevas técnicas de fundición. Desde el punto de vista industrial, la fábrica de artillería supuso en Cantabria el inicio de la siderurgia.