Un informe de CEU-CEFAS relaciona el auge de Bildu con su «legitimación fraudulenta» y critica por ello a PNV, PSOE y P

Dice que Rajoy asumió la «herencia envenenada» de la negociación de Zapatero y Sánchez profundizó la rehabilitación de «testaferros de ETA»

Un informe del Centro de Estudios, Formación y Análisis Social del CEU (CEFAS) ha analizado el auge de Bildu como favorito en las próximas elecciones vascas relacionándolo con su «legitimación fraudulenta» sin que antes se le haya exigido renunciar a la ideología que amparó la actividad terrorista de ETA, culpando de ello a la política desarrollada por el PNV, PSOE y PP.

«Bildu encarna no solo la mentira, sino el desprecio a los valores democráticos y constitucionales», recoge este informe titulado La legitimación democrática de ETA: causas, responsables y consecuencias , que pone el acento en que esta formación sigue sin condenar los crímenes de la banda terrorista.

El trabajo ha sido coordinado por María San Gil, directora del Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo, y elaborado por Carlos Urquijo, director de Proyectos de la Fundación Villacisneros; Rogelio Alonso, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos; y Fernando Lázaro, periodista de El Mundo.

CESE DE ETA Y SU DERROTA

El informe advierte contra la identificación «simplista» del cese de ETA y su derrota, ya que «persiste la legitimación de la ideología que ha hecho posible el terrorismo y de quienes lo justificaron».

En concreto, realiza un repaso cronológico y se centra en la etapa de negociación con los terroristas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ya que, dice Rogelio Alonso, «le regaló una salida airosa en lugar de un final por aniquilamiento».

«No fue sólo el PNV quien acudió en auxilio de ETA a partir de 2004, también el PSOE al impedir la materialización de un escenario que sí contemplaba el final del terrorismo mediante su propio colapso, sin los beneficios objetivos y simbólicos que la negociación reportó», sostiene, antes de añadir que esta negociación «propició la legitimación política y social de la izquierda abertzale, que tampoco se interrumpió al seguir negociando desde 2008 a través de intermediarios».

«Esa fue la herencia envenenada que el Partido Popular asumió cuando Mariano Rajoy ganó las elecciones en 2011, continuando con aspectos fundamentales de la política antiterrorista socialista que tanto criticó desde la oposición», relata Alonso, citando la legalización del brazo político de ETA, la derogación de la doctrina Parot y la excarcelación de Josu Uribetxeberria Bolinaga.

Entre las declaraciones que cita el autor del informe incluye una de Borja Sémper, diputado y portavoz del PP, cuando dijo que «Bildu no es ETA» en una entrevista en 2013, «normalizando así la desviación que supone la naturalización democrática de los terroristas».

El análisis alcanza la actualidad de los gobiernos de Pedro Sánchez, ya que «nada hicieron por revertir la legitimación implícita del terrorismo y la rehabilitación política y social de sus promotores iniciada por sus predecesores». «Al contrario», alega, «profundizó en dicha legitimación de los testaferros de ETA».

«De manera incongruente PNV, PSE y PP aprobaron en 2013 un suelo ético basado en una serie de principios que Bildu rehusó aceptar, pero sin consecuencias para la formación, evidenciando una vez más la ausencia de rendición de cuentas», prosigue tras criticar que nunca se haya explorado la «prohibición de un partido con proyecto antidemocrático», comparándolo con el caso del NPD alemán.

PROTAGONISMO CRECIENTE EN LA VIDA POLÍTICA

En este sentido, repasa la evolución histórica de EH Bildu y sus marcas anteriores para analizar cómo es posible que dispute la hegemonía en el País Vasco con el PNV pese a ser una opción política «basada en la violencia, la extorsión y la ruptura de la unidad de España».

«La legalización, legitimación y homologación democrática de Bildu, todas ellas fraudulentas y antidemocráticas, evidencian la renuncia de muchos políticos y ciudadanos a librar la decisiva batalla de las ideas políticas contra el terrorismo nacionalista», continúa.

Como consecuencia de ello, los autores advierten de que en la actualidad «el nacionalismo ejerce su hegemonía en el País Vasco sin condenar ni abandonar la ideología de deslegitimación con la que ETA asesinó y coaccionó».

La presentación del informe este lunes en la Fundación Universitaria San Pablo CEU ha puesto el foco en las próximas elecciones vascas del 21 de abril, cuando por primera vez en democracia EH Bildu tiene opciones de ganar pese a ser un partido que estuvo ilegalizado bajo diferentes denominaciones.

Los autores del informe recuerdan que la integración del partido que lidera Arnaldo Otegi en el juego democrático, «con un protagonismo cada vez más creciente en la vida política española», oculta la «exculpación» de aquellos que aún legitiman el asesinato de centenares de españoles.

Por este motivo, denuncian la imposición de un «relato falsario que favorece el blanqueamiento político de ETA y aleja a los españoles de la verdad de lo ocurrido tras cincuenta años de terrorismo nacionalista».

«Hoy se hace política como si ETA no hubiera existido, gracias a la tolerancia y la impotencia de quienes deberían defender la democracia activamente. Por ello, honrar a las víctimas exige mucho más que autocomplacencia e indignación por espasmos cada vez que se manifiesta alguna de las humillaciones de EH Bildu», apunta Rogelio Alonso.

Para el catedrático, «el pasado y presente de legitimación del terrorismo ha sido clausurado mientras se ha aireado el fantasma de una inexistente derecha fascista».

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