Un estudio explica las causas de la muerte del primer humano que recibió un corazón de cerdo modificado genéticamente

Un estudio publicado en la revista científica The Lancet ha revelado las causas de la insuficiencia cardíaca que se produjo en el primer trasplante de un corazón de cerdo modificado genéticamente a un paciente humano, cuyo receptor murió en marzo de 2022 apenas dos meses después de la operación.

Este procedimiento pionero fue llevado a cabo por médicos-científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) en enero de 2022 y marcó un hito importante para la ciencia médica.

El paciente, David Bennett, de 57 años, experimentó una fuerte función cardiaca sin signos evidentes de rechazo agudo durante casi siete semanas después de la intervención. Dos meses después del trasplante, falleció a causa de una insuficiencia cardíaca repentina.

Desde entonces, el equipo de trasplantes ha realizado estudios exhaustivos de los procesos fisiológicos que provocaron la insuficiencia cardíaca para identificar factores que puedan prevenirse en futuros trasplantes con el fin de mejorar las probabilidades de éxito a largo plazo.

«Nuestro trabajo aporta información crucial sobre el papel que probablemente desempeñaron múltiples factores en el deterioro funcional del corazón trasplantado. Nuestro objetivo es seguir avanzando en este campo mientras nos preparamos para los ensayos clínicos de xenotrasplantes con órganos de cerdo», ha detallado Muhammad M. Mohiuddin, autor principal del estudio.

Bennett, que padecía una insuficiencia cardíaca terminal y se acercaba al final de su vida, no reunía los requisitos para un trasplante de corazón tradicional. Por eso, Estados Unidos autorizó el procedimiento en virtud del uso compasivo.

«Estábamos decididos a arrojar luz sobre lo que provocó la disfunción del trasplante de corazón del señor Bennett, que realizó un acto heroico al ofrecerse voluntario para ser el primero del mundo. Queremos que nuestro próximo paciente no sólo sobreviva más tiempo con un xenotrasplante, sino que vuelva a su vida normal y prospere durante meses o incluso años», ha resaltado otro de los autores, Bartley Griffith.

Para comprender mejor los procesos que condujeron a la disfunción del trasplante de corazón porcino, el equipo de investigación realizó pruebas exhaustivas en los limitados tejidos disponibles del paciente. Trazaron cuidadosamente la secuencia de acontecimientos que condujeron a la insuficiencia cardíaca demostrando que el corazón funcionaba bien en pruebas de imagen como la ecocardiografía hasta el día 47 después de la intervención.

El estudio confirma que no se produjeron signos de rechazo agudo durante las primeras semanas tras el trasplante. Es probable que varios factores superpuestos condujeran a la insuficiencia cardiaca de Bennett, entre ellos su mal estado de salud antes del trasplante, que le llevó a una inmunodepresión grave.

Esto limitó el uso de un régimen antirrechazo eficaz utilizado en estudios preclínicos para xenotrasplantes. Como resultado, los investigadores descubrieron que el paciente era probablemente más vulnerable al rechazo del órgano por los anticuerpos fabricados por el sistema inmunitario. Los investigadores hallaron pruebas indirectas de rechazo mediado por anticuerpos a partir de la histología, la tinción inmunohistoquímica y el análisis de ARN de células individuales.

El uso de una inmunoglobulina intravenosa, IGIV, un fármaco que contiene anticuerpos, también puede haber contribuido a dañar las células del músculo cardiaco, según los investigadores. Se administró al paciente dos veces durante el segundo mes posterior al trasplante para ayudar a prevenir la infección, lo que probablemente también desencadenó una respuesta inmunitaria antipig. El equipo de investigación halló pruebas de la presencia de anticuerpos inmunoglobulínicos dirigidos contra la capa de endotelio vascular porcina del corazón.

Por último, el estudio investigó la presencia de un virus latente, denominado citomegalovirus porcino (PCMV), en el corazón porcino, que puede haber contribuido a la disfunción del trasplante. La activación del virus puede haberse producido después de que se redujera el régimen de tratamiento antivírico del paciente para tratar otros problemas de salud. Esto puede haber iniciado una respuesta inflamatoria causante del daño celular.

Sin embargo, resaltan que «no hay pruebas» de que el virus infectara al paciente o se propagara a órganos distintos del corazón. Se han desarrollado protocolos de prueba del PCMV mejorados para la detección sensible y la exclusión de virus latentes para futuros xenotrasplantes.

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