Un estudio apunta que las personas tratadas con infliximab tienen menos anticuerpos tras ser la primera dosis

Las personas que toman un fármaco comúnmente recetado para la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) no deben dar por sentado que están protegidas tras una primera dosis de la vacuna contra la COVID-19, según un estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido) que ha evidenciado que muchos tenían una respuesta de anticuerpos deficiente.

La investigación, publicada en la revista científica Gut , midió las respuestas de los anticuerpos tras la vacunación con la vacuna de Pfizer/BioNTech o la de Oxford/AstraZeneca en 865 personas tratadas con infliximab, un fármaco biológico contra el factor de necrosis tumoral (anti-TNF), prescrito a unos dos millones de personas en todo el mundo.

Los fármacos anti-TNF son tratamientos eficaces para las enfermedades inflamatorias inmunomediadas, pero al suprimir el sistema inmunitario, pueden reducir la eficacia de las vacunas y aumentar el riesgo de infecciones graves.

La investigación descubrió que las personas tratadas con infliximab tenían concentraciones significativamente menores de anticuerpos, en comparación con 428 personas que recibieron un tratamiento alternativo, el vedolizumab.

Tras una única dosis de la vacuna, solo un tercio de los participantes (103 de 328) tratados exclusivamente con infliximab generaron niveles adecuados de anticuerpos contra el virus para que la vacuna se considerara eficaz.

En los participantes que tomaban simultáneamente infliximab y fármacos inmunomoduladores, como la azatioprina o el metotrexato, los niveles de anticuerpos eran aún más bajos tras una única dosis de la vacuna; solo 125 de 537 cumplían el umbral de una prueba de anticuerpos positiva.

Sin embargo, en un subgrupo de personas que habían sido infectadas previamente con COVID-19, y también en los pocos pacientes estudiados que ya habían recibido una segunda dosis de la vacuna, las respuestas de anticuerpos desencadenadas por la vacuna aumentaron significativamente, lo que indica una respuesta eficaz después de dos exposiciones. Basándose en estas observaciones, los investigadores concluyen que las personas que toman fármacos anti-TNF deberían considerarse prioritarias para una segunda vacunación.

El estudio, denominado CLARITY , reclutó a 6.935 pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa de 92 hospitales de Reino Unido entre septiembre y diciembre de 2020, para investigar el impacto de estos fármacos en la susceptibilidad a la COVID-19 y la inmunidad protectora que sigue a la infección o la vacunación. Anteriormente, el estudio descubrió que el infliximab debilita el sistema inmunitario frente a la infección por COVID-19, lo que puede aumentar el riesgo de reinfección.

El estudio también halló pruebas de que las respuestas de los anticuerpos eran más bajas en los fumadores y en los participantes de 60 años o más, pero más altas en los participantes de raza no blanca. Estos resultados justifican la realización de estudios más amplios antes de poder extraer conclusiones firmes.

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