Terciado responsabiliza al Banco de España de la crisis de las cajas de CyL al no presionar para su unión

Considera que la «exhibición de independencia» de los consejeros de las entidades dio al traste con el proyecto impulsado por la Junta

VALLADOLID, 18

El expresidente de la Confederación Castellano y Leonesa de Organizaciones Empresariales (Cecale) y de Cepyme, Jesús Terciado, ha señalado al Banco de España como uno de los grandes culpables de la situación que vivieron las cajas de ahorros de la Comunidad durante la crisis económica ya que no anticipó las dimensiones de la misma y no consiguió que las entidades castellanoleonesas se vieran «lo suficientemente» presionadas como para aceptar el proyecto de integración.

Así lo ha expresado Terciado este miércoles en las Cortes de Castilla y León, donde ha comparecido en la Comisión de Investigación sobre las Cajas y ha explicado principalmente su participación en las reuniones que se llevaron a cabo en 2008 y 2009 para intentar promover una fusión de las entidades de ahorro castellanoleonesas, así como de la falta de fluidez del crédito financiero, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas.

A preguntas de los portavoces presentes hoy en la Comisión –Ciudadanos, PSOE y PP–, el exdirigente patronal ha reconocido que en los primeros años de la crisis «era difícil prever las dimensiones» que tendría, pero entiende que «si hay alguien que tenía que haberlo anticipado era el regulador», motivo por el cual interpreta que el Banco de España «tuvo gran culpa» en la situación que vivieron las entidades financieras castellanoleonesas en los años posteriores al fracaso del intento de integración conjunta.

De hecho, ha añadido que por esa falta de previsión el Banco de España «no impulsó de manera definitiva» el proyecto. «Lo apoyaba, pero no con la fortaleza que debería haberlo hecho para que las entidades se hubieran sentido más presionadas para sacar un proyecto adelante», ha lamentado Terciado.

El empresario abulense ha recordado que en 2008 había una propuesta para un nuevo modelo regional para el funcionamiento de las cajas que parecía «pionero» y «esperanzador», y estaba liderado por el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y el entonces consejero de Economía, Tomás Villanueva, quienes considera que «hicieron su papel» y trabajaron con «valor» y «entrega» para buscar un remedio a la situación de las cajas, que en esa época ya se comenzaba a atisbar como problemática.

Así, ha añadido que se firmó el protocolo a favor de la integración, bajo el formato de «grupo contractual», que contó con la rúbrica de todas las entidades, de los sindicatos, salvo UGT, la patronal, la mayor parte de grupos políticos y alguna organización agraria como Asaja. Eso sí, ha matizado que Csica e Izquierda Unida terminaron por «descolgarse» al poco tiempo.

Sin embargo ante este importante acuerdo, ha reflexionado que la actitud de los representantes de las cajas en las reuniones del proceso se podía resumir en: «planteen lo que quieran, que haré lo que me dé la gana», pues ha recordado que los consejos de administración tenían la decisión final sobre la integración.

«TRABAS Y EXCUSAS»

En este sentido, ha recordado que las entidades comenzaron a poner «muchas trabas y excusas» como que las cajas de mayor tamaño no estaban de acuerdo con que la representatividad y la toma de decisión fuera paritaria, el rechazo de prácticamente todas ellas a que el consejero delegado de la sociedad anónima que dirigiría la nueva entidad integrada fuera externo y querían mantener su «identidad» y su marca, algo que finalmente no ha podido hacer ninguna de ellas.

Terciado ha dejado de lado el componente político, pues ha recordado que la propuesta estaba «liderado» por un presidente de un partido político regional, como era Herrera, que tenía el apoyo del PSOE para ello, pero en los gobiernos de las entidades de crédito había personas de los partidos que «no se dejaron influir». Esa «exhibición de independencia», ha aseverado el expresidente de Cecale «frustró» el proyecto para las cajas.

Igualmente, ha recordado que, si el regulador financiero no previó la gravedad de las crisis, las cajas tampoco lo hicieron y, de hecho, ha mencionado los stress test que encargaban en esa época y cuyos resultados generalmente apoyaban la idea de que las entidades podían seguir adelante «en solitario» y que fueron «uno de los argumentos» que se esgrimieron para «desdeñar» el proceso. «Finalmente se demostró que no era así», ha apostillado.

«Se pusieron tantas trabas que al final se desestimó la continuidad, con una gran decepción por parte de los agentes que habíamos participado desde el inicio», ha lamentado Terciado, que ha coincidido con el sindicalista Angel Hernández en que fue «una de las decepciones» que vivió en su etapa como presidente de Cecale.

De hecho, ha añadido que en los años posteriores las entidades iniciaron distintos procesos de integración y fusión entre ellas o en grupos con otras cajas del Estado, de los cuales a priori la «más interesante para la Comunidad» era la de Caja España y Caja Duero, que «ni siquiera fue suficiente», ya que tuvo que apoyarse en los fondos públicos del FROM y finalmente fusionarse con Unicaja.

RIESGO, NO TAMAÑO

Eso sí, no ha querido afirmar que si hubiera salido adelante el proyecto de la caja regional habría sido viable, pero ha subrayado que «al menos se habría intentado». De hecho, ha recordado que los resultados de proyectos en otras comunidades han sido dispares y que, en muchos casos, las cajas que han «sobrevivido» no han sido las de mayor tamaño sino las que tenían menor riesgo, y las de Castilla y León estaban «muy expuestas».

No obstante, ha matizado que las organizaciones empresariales ya no participaron ni apoyaron estos procesos posteriores, ya que considera que «el fracaso de 2008» hizo que se desentendieran de este tipo de proyectos, si bien ha recalcado que mantenían la reclamación de la fluidez en el crédito.

Ésta, ha recordado, fue una de las principales consecuencias de la crisis de las cajas que vivieron los empresarios de Castilla y León, pues ya en 2008 comenzaron a endurecerse las condiciones financieras para que las compañías accedieran a créditos, una situación que «prácticamente» se ha mantenido hasta «2014 ó 2015».

La financiación a las empresas «se segó en seco», lo que provocó que la quiebra de muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, que seguramente eran solventes, que mantenían sus ventas o habían caído un poco, que podrían haber seguido adelante, «pero no tenían accesos al capital de otra manera» que no fueran los créditos.

Terciado ha matizado que la participación de las organizaciones empresariales en el proceso se produjo, como Cecale, en las reuniones del tejido social y sindical que se llevaron a cabo en el año 2008 y 2009 para respaldar el proyecto de integración y que él, a título personal, nunca formó parte de un Consejo de Administración de entidad financiera alguna, algo que sí que sucedía en aquel momento en los casos de los dirigentes de las organizaciones de Burgos, Segovia y Salamanca.

En todo caso, ha recordado que pese a que los consejeros de aquellas cajas de provincias que tenían mayor tamaño defendían que tuvieran mayor capacidad de decisión en la nueva entidad, finalmente los datos y las cifras convencieron y «sí que hubo una apuesto por el proyecto prácticamente unánime en el proyecto», a excepción del representante de Burgos.

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