Oxfam suspende a dos trabajadores en RDC por acusaciones sobre abusos sexuales y acoso
La organización no gubernamental británica Oxfam ha anunciado la suspensión de dos de sus trabajadores en República Democrática del Congo (RDC) a raíz de las acusaciones sobre abusos sexuales y acoso, según un comunicado publicado por la ONG.
«Podemos confirmar que hemos suspendido a dos miembros del personal de Oxfam en RDC como parte de una investigación externa en marcha, que establecimos en noviembre, por acusaciones sobre abuso de poder», incluidos acoso y abuso sexual, ha dicho un portavoz de Oxfam.
«Somos conscientes de nuestro deber con los supervivientes, incluido darles apoyo para que hablen con seguridad. Estamos trabajando duro para concluir la investigación de forma justa, segura y efectiva», ha agregado.
El comunicado ha sido publicado poco después de que saliera a la luz una noticia del diario británico The Times en el que varios de los que denunciaron la situación expresaron su «frustración» por los largos procedimientos para completar la investigación.
En concreto, cerca de 20 miembros del personal y antiguos trabajadores de Oxfam enviaro una carta en febrero denunciando el comportamiento de once personas, a las que acusaron de explotación sexual, acoso, fraude y nepotismo, antes de agregar que los denunciantes hacían frente a «amenazas a sus vidas», según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
La ONG ya se vio afectada por un escándalo en 2018 que afectaba a sus trabajadores en Haití y fue acusada de encubrir el uso de prostitutas del personal desplegado en el país a raíz del terremoto de 2010. Oxfam negó haber encubierto los hechos pero presentó sus disculpas por estos comportamientos.
The Times se hizo eco de un informe interno de la ONG de 2011 que revela una «cultura de impunidad» entre parte del personal destacado en Haití. Según el mismo, el entonces director de Oxfam en Haití, Roland van Hauwermeiren, entre otros, contrató prostitutas, incluidas menores de edad, con los fondos destinados a la emergencia humanitaria desatada el año anterior por el terremoto y el consecuente brote de cólera.
A raíz de este caso, se descubrieron casos similares en otros países, tanto de Oxfam como de otras ONG, que supusieron un duro revés para el sector humanitario. Desde entonces, numerosas organizaciones se comprometieron a elaborar o en su caso reforzar los códigos éticos y los controles internos para prevenir y sancionar estos comportamientos.
Oxfam recoge en su página web que trabaja en RDC desde 1961 y que «en estos momentos da agua potable, higiene y comida de emergencia a cerca de 700.000 desplazados internos, refugiados y miembros de las comunidades de acogida».