La subdirectora de la prisión de Villena falseó las amenazas en su teléfono pero mantiene la agresión de encapuchados
La subdirectora de la prisión de Villena (Alicante) detenida ayer por la Guardia Civil reconoció la falsedad de los mensajes amenazantes que dijo haber recibido en su teléfono móvil, aunque ante los investigadores mantuvo que sí fue agredida y amenazada por encapuchados a la salida de su domicilio en Benidorm. La investigación continúa abierta para esclarecer este asunto en su totalidad.
Según explican a Europa Press fuentes del caso, los investigadores de la Guardia Civil dudaron desde el primer momento del relato de la ya ex subdirectora, ya que Instituciones Penitenciarias la ha cesado este jueves del cargo. Este extremo se confirmó tras la toma de declaración de ayer, cuando reconoció la falsedad de unos mensajes que se habían mandado desde otro teléfono ubicado en el domicilio de la denunciante.
La supuesta agresión de encapuchados se relacionó con la supervisión de la subdirectora de seguridad sobre una investigación anterior en torno a la reducción que practicaron en agosto tres funcionarios, usando las defensas de goma, sobre un preso con problemas de salud mental en este mismo centro penitenciario. De la reducción supuestamente violenta quedó constancia por las cámaras de videovigilancia que tenía que custodiar la subdirectora.
TRABAJADORES CON EXPEDIENTES POR LA REDUCCIÓN
Fuentes de Instituciones Penitenciarias confirman a Europa Press que los tres expedientes disciplinarios contra los trabajadores actuantes, dos de ellos con suspensión de empleo y sueldo, se mantienen abiertos a la espera de la resolución judicial, ya que la reducción presuntamente violenta de este interno con problemas de salud mental es independiente del caso judicial por la denuncia falsa de la subdirectora de Villena.
Estas fuentes añaden que en la argumentación para la suspensión del empleo y sueldo de los trabajadores se recogió tanto la reducción presuntamente violenta de los funcionarios –reflejada en las cámaras internas– como, en un segundo punto, la denuncia de amenazas de la subdirectora que ahora ha sido suspendida del cargo por la falsedad de su testimonio.
El expediente contra los trabajadores suspendidos de empleo y sueldo, por tanto, se puede someter a modificación cuando haya confirmación judicial de la falsedad de la denuncia. Instituciones Penitenciarias, además, también ha señalado que a la subdirectora, al margen de ser cesada del cargo, se le incoará el correspondiente expediente disciplinario «una vez conste la comunicación oficial sobre la situación procesal».
INVESTIGACIÓN ABIERTA
Al margen de Instituciones Penitenciarias, el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil mantiene abierta la operación ya que, en su declaración tras ser arrestada, esta alto cargo en la dirección de la prisión alicantina mantenía que sí fue agredida en la calle y alguien le dijo que mantuviera la «boca cerrada». De hecho, cuando denunció en septiembre presentó un parte de lesiones que también es objeto de comprobaciones.
Según las citadas fuentes del caso, hasta la fecha, transcurrido más de dos meses de la presunta agresión y amenazas de encapuchados en Benidorm, no se ha logrado identificar a nadie relacionado con este incidente. La ya exsubdirectora de Villena aseguró ayer a la Guardia Civil que falseó las amenazas recibidas en su teléfono porque se sentía presionada y estaba recibiendo críticas por el desempeño de sus funciones.
La subdirectora quedó en libertad anoche tras la toma de declaración, según confirmó la Guardia Civil, que añadió que está siendo investigada por los delitos de denuncia falsa y simulación del delito dentro de la Operación Silencia , desarrollada por el Equipo Territorial de Policía Judicial de Villena.
La denuncia en septiembre de la directora llevó a la convocatoria de una concentración en apoyo a la subdirectora en la que participó el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también mostró su respaldo a esta trabajadora, a la que definió como «una verdadera funcionara».
El PP pidió anoche la comparecencia de Grande-Marlaska ante la Comisión de Interior del Congreso por estas palabras y por la apertura de expedientes a funcionarios penitenciarios.
El preso que sufrió la reducción investigada por el supuesto exceso de fuerza aplicado por parte de los funcionarios del centro penitenciario de Villena protagonizó luego otro incidente en el que hirió en el cuello con un objeto cortante al jefe de servicios de la cárcel de Cuenca, según denunciaron sindicatos de prisiones. Se trata de un interno que forma parte del Programa de Atención Integral a Enfermos Mentales (PAIEM).