UGT y CCOO aumentarán la «presión en la calle» si no se deroga la reforma laboral
Cientos de personas secundan la concentración de ambos sindicatos contra el despido con bajas médicas justificadas avalado por el TC
Los secretarios generales de UGT y de CCOO en Cantabria, Mariano Carmona y Carlos Sánchez, han advertido este miércoles de que si el nuevo Gobierno que se constituya en España no deroga «por completo» la reforma laboral se aumentará «la presión en la calle hasta que lo hagan».
Los líderes regionales de ambos sindicatos se han expresado así durante su intervención en la concentración de protesta convocada en la Plaza de Farolas de Santander en contra de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional, que ha avalado el artículo 52 de la última reforma laboral que estipula el despido de trabajadores por causas ajenas a su voluntad y que hayan estado de baja médica más de un 20% de su jornada laboral en un período de dos meses.
«La sentencia es un ataque a todos los trabajadores de este país y cuestiona de por sí el Estado de Derecho», subrayó Carmona, que consideró la resolución del TS «doblemente lesiva» porque «muchos trabajadores ya han perdido la salud por el desempeño de su puesto de trabajo».
El secretario general de UGT, que recordó que la «reforma laboral sólo ha traído miseria y pobreza», insistió en que «el Gobierno tiene que derogar por completo la reforma laboral, las partes más lesivas y las que los políticos dicen que no lo son porque también lo son; y si no lo hace, nos veremos en la calle para que lo haga».
En el mismo sentido se expresó el secretario general de CCOO en Cantabria, que avisó de que «vamos a incrementar la presión hasta conseguir la derogación de las reformas laborales» (la de 2010 y la de 2012).
Sánchez recordó que los dos sindicatos ya hicieron tres huelgas generales y «multitud» de actos de protesta para que se derogase la reforma laboral.
Sobre la concentración de protesta contra la sentencia del Tribunal Constitucional, que se ha repetido por toda España, aclaró que «no pone el punto de mira en los jueces, sino en los políticos que impusieron el artículo 52 y la reforma laboral».
