La ampliación del permiso de paternidad favorece la lactancia materna, según una experta

La ampliación del permiso de paternidad es un nuevo factor que favorece la lactancia materna, ya que permite que los padres se hagan cargo de tareas caseras y de cuidados que hasta ahora recaían de forma casi exclusiva en la mujer que acaba de ser madre, señala Susana Ares, coordinadora del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, cuyo lema de este año apuesta por el empoderamiento de las mujeres lactantes y la corresponsabilidad equitativa de los padres.

UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han marcado como objetivo lograr que al menos el 50 por ciento de las madres amamanten a sus hijos como mínimo hasta los seis meses. Para lograrlo, esta organización hace un llamamiento continuado a los gobiernos para que promuevan y protejan la lactancia materna, como la iniciativa Padre desde el principio de Unicef, que romueve la responsabilidad parental equitativa desde el nacimiento.

Actualmente, las políticas de promoción en lactancia plantean el éxito en la responsabilidad y educación de la mujer, cuando debería enfocarse en su entorno familiar y con compromisos de responsabilidad social.

«En España hay un bajo apoyo a las madres para que realicen una lactancia exclusiva, encontrándose con numerosos obstáculos –advierte Susana Ares, en declaraciones a Europa Press–. En primer lugar existe un obstáculo de raíz familiar, donde las madres se ven obligadas a incorporarse al cuidado del resto de la familia nada más dar a luz. Deben encargarse del cuidado de los niños y de las tareas domésticas, lo que no permite una correcta recuperación de la madre tras el parto. Muchas mujeres se ven desbordadas por esta situación y tienen dificultades para compatibilizar sus tareas con la lactancia»

Esta falta de redes de apoyo se ha visto acentuada por la falta de políticas laborales que protejan a la mujer lactante, una situación que se ha agravado con la crisis económica. Actualmente existe poca sensibilización y facilidades para que las mujeres que se encuentran en período de lactancia puedan conciliar la vida laboral con la maternidad.

La pediatra recuerda que hace relativamente poco todavía existía el riesgo para las mujeres de ser discriminadas ante la posibilidad de ser madres y quedarse embarazadas, si bien, admite que ahora este riesgo es menor. «Pero todavía existe un obstáculo social al que deben hacer frente las mujeres lactantes, que deben conciliar el trabajo con el período de lactancia –alerta–. Las empresas, generalmente, no cuentan con espacios reservados para las mujeres lactantes, no permiten unos horarios flexibles y dar el pecho en público se sigue percibiendo como un tabú. La maternidad es un asunto de salud pública, y favorecer un buen periodo de lactancia debe considerarse una inversión a futuro».

Los roles de género perviven en la asunción de los cuidados. En España, según la Encuesta Nacional de Salud, las mujeres son las que asumen principalmente el cuidado de otras personas y las tareas del hogar: solo el 2,2 por ciento de los hombres de 15 y más años que viven en un hogar con menores asume su cuidado en solitario, frente al 33,0% de las mujeres.

En este sentido, la pediatra advierte de que, a pesar de los avances sociales, «todavía falta mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad en materia de crianza. En ocasiones no solo asumen el cuidado de los hijos sino también el cuidado de las personas mayores. Los permisos de paternidad suponen un paso importante para alcanzar un modelo de crianza equitativo, ya que permiten horarios más flexibles e impulsan la corresponsabilidad. Un modelo de crianza más igualitario permite el reparto de roles y contribuye a deshacerse de ideas preconcebidas sobre la maternidad», añade.

Por eso, a su juicio, «el disfrute de un permiso de paternidad por parte de los padres permite que estos puedan ayudar al cuidado de los otros niños y encargarse de las tareas domésticas», así el apoyo que proporcionan tiene como consecuencia directa la disminución del estrés en la madre «y contribuye a su bienestar general. Es importante que durante la lactancia el padre pueda asumir las tareas domésticas y servir como apoyo emocional a la madre», insiste.

BENEFICIOS PARA LA MADRE Y EL HIJO

La experta recuerda que la lactancia materna es la mejor forma de alimentación para el bebé durante los seis primeros meses de vida ya que le aporta todos los nutrientes y factores inmunitarios que necesita para desarrollarse de forma saludable.

«La lactancia materna supone numerosos beneficios tanto para la madre como para el niño. En los niños, la leche materna aporta todas las proteínas, mineras, calorías, hidratos de carbono y vitaminas necesarios para el correcto desarrollo del recién nacido, mejoran la flora intestinal del bebé y favorecen la obtención de bacterias beneficiosas para la salud. Además, mediante la leche materna se transmiten defensas y anticuerpos fundamentales para la construcción de un sistema inmunológico fuerte», explica.

En las madres, dar el pecho reduce los riesgos de contraer enfermedades como el cáncer de mama ya que dar el pecho fortalece su sistema inmunológico. «Además, la leche materna puede ayudar a la pérdida de peso causada por el embarazo, ya que estas reservas se utilizan para dar de mamar -ha añadido- La leche artificial, aunque es un óptimo complemento nutricional cuando la madre no puede seguir dando el pecho, no contiene estos beneficios inmunológicos ni contiene hormonas beneficiosas para el desarrollo del niño».

La lactancia materna se promueve encarecidamente en las estrategias de salud materno-infantil, como las promovidas por el Observatorio de Salud de las Mujeres del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, fundamentalmente por los beneficios para las y los recién nacidos.

Ares señalal que «el apego creado durante la lactancia aumenta en la madre hormonas como la oxitocina, que contribuye a la sensación de bienestar y reduce el estrés. Este vínculo puede hacer más sencillo a la madre recuperarse después del parto. Además, se ha demostrado que los bebés que han disfrutado de este vínculo entre madre e hijo tienen menos posibilidades de ser personas violentas en el futuro y en las mujeres evita la depresión postparto».

Aunque en la actualidad no existe un sistema de registro acerca de la frecuencia de inicio, mantenimiento y duración de la lactancia materna en España, los estudios realizados en ciertas Comunidades Autónomas parecen indicar que un 80 por ciento de las madres eligen dar el pecho a sus hijos en el momento del nacimiento, reduciéndose a un 56 por ciento la proporción de bebés alimentados exclusivamente con leche materna a los tres meses de nacer y a un 21 por ciento a los seis meses.

«Abandonar la lactancia materna antes de tiempo puede originar deficiencias nutricionales en el niño, ya que no cuenta con los nutrientes necesarios, así como un sistema inmunológico débil causado por la falta de defensas que aporta este tipo de leche», recuerda la pediatra. Todo ello puede hacer que estos niños sean más propensos a contraer infecciones que aparecen durante los primeros años de vida. «De hecho, los niños que no han sido amamantados suelen visitar con más frecuencia los servicios de urgencias. Finalmente, la leche materna ayuda a la maduración del tubo digestivo del recién nacido, dando lugar a una flora intestinal más sana», concluye.

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