El TPI rechaza el recurso de Bosco Ntaganda y mantiene la condena a 30 años de prisión por crímenes de guerra
La Sala de Apelaciones del Tribunal Penal Internacional (TPI) ha rechazado el recurso presentado contra el señor de la guerra congoleño Bosco Ntaganda y ha resuelto mantener la condena en su contra a 30 años de prisión por 18 cargos de crímenes de guerra y contra la Humanidad.
En un comunicado, el TPI ha confirmado la decisión y ha matizado que los crímenes se perpetraron en Ituri, República Democrática del Congo (RDC), entre 2002 y 2003, cuando el antiguo rebelde, conocido como Terminator , era el número dos del Estado Mayor de la milicia Unión de Patriotas Congoleños (UPC), un grupo activo en el este de RDC que habría actuado de forma preconcebida contra la población civil.
El documento señala que «el señor Ntaganda no ha logrado demostrar que su derecho a un juicio justo fue violado» y determina, además, que a la hora de condenarlo, el TPI «no se excedió más allá de los hechos y circunstancias descritos en los cargos». Asimismo, ha recalcado que «los delitos de los que ha sido hallado responsable penalmente hablando formaba parte de un ataque directo contra la población civil».
Los jueces han decidido por mayoría –y «dada la gravedad de los delitos»– rechazar así el recurso presentado contra la sentencia emitida en noviembre de 2019 contra Ntaganda, condenado también por asesinato, esclavitud sexual y reclutar menores.
Si bien aún está por determinar en qué país debe cumplir Ntaganda la pena, el veredicto no puede ser apelado, lo que lo convierte en el primer acusado en ser hallado culpable ante el TPI de utilizar la violencia sexual como arma de guerra.
Su defensa ha insistido durante el proceso en La Haya en que Ntaganda fue un comandante militar leal y disciplinado cuya implicación en los acontecimientos «provocó menos víctimas en lugar de más». En todo momento, el propio Ntaganda se ha considerado un «revolucionario» y no un «criminal», y ha insistido en su inocencia.
El TPI emitió una orden de arresto contra Ntaganda en 2006, si bien no fue detenido hasta 2013, mientras que el juicio arrancó en 2015. El antiguo líder rebelde fue uno de los fundadores del grupo rebelde M23, que mantuvo una rebelión en el este del país entre 2012 y 2013.
Ntaganda se entregó en 2013 en la Embajada estadounidense en Ruanda, pidiendo ser entregado al TPI tras haber escapado aparentemente de RDC debido a disputas internas en los grupos armados. El tiempo que ha pasado entre rejas –desde el 22 de marzo de 2013– se descontará de la sentencia de 30 años a la que ha sido condenado, según ha informado el TPI.
A principios de marzo, el TPI concedió una indemnización de 30 millones de dólares (25,25 millones de euros) para sus víctimas. Entre los posibles beneficiarios de estas cuantías se encuentran las víctimas directas e indirectas de sus ataques, los niños soldado, las esclavas sexuales o todas aquellas mujeres que han sido violadas, así como los niños nacidos fruto de estos dos últimos delitos.
El tribunal con sede en La Haya ha establecido como prioritarios aquellos que requieran cuidados médicos, que presenten algún tipo de discapacidad, ancianos, las víctimas de violencia machista o sexual y sus hijos, los menores que fueran reclutados y aquellas personas sin hogar o que atraviesen dificultades financieras.