El opositor ugandés Bobi Wine alerta de que la invasión rusa de Ucrania «consolida a los dictadores en África»
Dice haber ganado las elecciones de 2021 y pide a la comunidad internacional vigilar los próximos comicios
Insta a imponer sanciones contra Museveni y quienes «socavan la democracia y los Derechos Humanos»
El diputado y líder opositor ugandés Robert Kyagulanyi, más conocido como Bobi Wine, ha alertado de que la invasión rusa de Ucrania ha afectado gravemente al país y sirve para «consolidar a los dictadores en África», donde la guerra ha provocado un aumento de los precios.
«El impacto de la guerra rusa ha sido brutal. Primero, ha aumentado mucho más los precios del grano y otros alimentos que vienen de Ucrania, pero, más importante aún, ha permitido consolidar a los dictadores en África y, particularmente, en Uganda», ha aseverado durante una entrevista con Europa Press.
Bobi Wine, que ha recalcado casi todos los dictadores «son aliados y amigos» del actual presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha recordado que el país se encuentra «bajo una dictadura militar» en la que «no se respeta la ley».
Es por ello, tal y como ha reivindicado, que existe la necesidad de «introducir reformas constitucionales» que permitan cambiar la situación y favorezcan la creación de un Gobierno que «salde sus cuentas» ante la Justicia.
Sin embargo, ha lamentado que a medida que la oposición trabaja para alcanzar este objetivo, las autoridades «también ponen en marcha medidas para recortar las libertades de la población a la hora de elegir a sus propios líderes». «Creemos en las enmiendas, creemos en el establecimiento de la ley», ha dicho.
Sobre la posibilidad de que este tipo de medidas se introduzcan para favorecer un cambio político en Uganda, donde Museveni lleva en el poder desde 1986, ha aseverado que la oposición «no espera cambios significativos debido al control que ejerce» el jefe de Estado.
LOGRAR EL CAMBIO EN UGANDA
El líder opositor ha destacado que hay «pocas ventanas de oportunidad para lograr un cambio en Uganda» de cara a futuros procesos electorales, si bien la oposición «no se enfriará». «Aunque las elecciones no sean libres y justas son la única herramienta que tenemos y vamos a participar», ha afirmado.
«Es nuestra única plataforma. Si boicoteamos las elecciones tendríamos que buscar otra vía. Esto requeriría usar la violencia o pedir a la gente que salga a la calle. Querríamos hacer un llamamiento a la población para que proteste, pero la última vez que tuvimos manifestaciones cientos de personas fueron asesinadas y la comunidad internacional no hizo nada», ha sostenido.
En este sentido, ha subrayado que decidieron concurrir a las elecciones celebradas en enero de 2021, las cuales ha llegado a tildar como «las más fraudulentas de la historia» del país, «a pesar de que no esperaban ser anunciados como ganadores».
«Yo gané las elecciones de 2021, pero me pusieron bajo arresto domiciliario y Museveni se autoproclamó vencedor», ha explicado antes de incidir en que esto permitió «obtener la atención internacional que la oposición necesitaba». «Ahora necesitamos mucha atención a nivel internacional para que alguien esté vigilándonos cuando volvamos a las urnas», ha continuado.
No obstante, ha dado las gracias al Gobierno español y la comunidad internacional por el «apoyo» ofrecido a Uganda, especialmente desde la Unión Europea y en términos de «salud y educación». Kyagulanyi ha alabado los «valores» del bloque comunitario y ha aprovechado la ocasión para solicitar la imposición de sanciones contra Museveni y «aquellos que socavan la democracia y los Derechos Humanos».
A pesar de la situación en el país africano, el conocido opositor ha declarado que «espera que la dictadura de Uganda sea llevada finalmente ante la Justicia», pero ha admitido que de momento «parecen ser intocable».
TORTURA Y ABUSOS
En relación con la situación de los Derechos Humanos en el país y los casos de abusos y tortura, ha lamentado que «no existen datos exactos porque los números suben día a día». «Mientras hablamos hay gente siendo secuestrada, así que las cifras siguen subiendo y, por supuesto, descienden cada vez que hacemos ruido, cada vez que usamos las redes sociales para exponer estos casos», ha sostenido.
Bobi Wine ha advertido de que muchas de las personas detenidas que son luego liberadas presentan «marcas de tortura» y ha reivindicado nuevamente la necesidad de una «mejor gobernanza» para Uganda con el objetivo de «poner fin a la corrupción».
El país atraviesa su mayor crisis económica, según ha denunciado, por lo que «ninguna medida es puesta en marcha». «Ni siquiera el dinero recabado es utilizado. La moneda de curso legal es la corrupción y tenemos que acabar con esto», ha destacado.
ATAQUES CONTRA CIVILES
El opositor, que ha condenado el ataque perpetrado la semana pasada por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) contra una escuela de Kasese en el que murieron más de 40 personas, ha aseverado que la situación de seguridad en Uganda «siempre ha estado en un punto de crisis».
«Ha habido una crisis de la violencia armada (…) y esta continúa», ha expuesto antes de matizar que existen «informaciones que entran en conflicto» sobre lo sucedido en la escuela. «La mujer de Museveni, la primera dama, Janet, que es también ministra de Educación, ha dicho que el ataque fue perpetrado por una disputa de tierras y que dos bandos estaban luchando por el terreno donde se encontraba la escuela», ha dicho.
Sin embargo, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de un «ataque de falsa bandera», algo que «ya ha tenido lugar en el pasado». «Es muy posible que se trata de esto, pero también podría ser un ataque perpetrado por milicianos, ya sean de las ADF o islamistas. Tenemos aún que establecer las causas, pero desgraciadamente no podemos confiar en lo que nos cuenta el Gobierno», ha aclarado.
«Un ataque de falsa bandera tendría como objetivo desviar la atención de la gente de otros asuntos. (…) El hecho de que este tipo de ataques hayan tenido lugar en el pasado ya nos hace cuestionar este ataque», ha insistido.
CUESTIÓN LGTBI
Posteriormente, durante un acto organizado por el World Liberty Congress y The Brenthurst Foundation en Madrid, Bobi Wine ha abordado la reciente ley anti LGTBI ugandesa, que contempla castigos más severos, entre ellos la pena de muerte y la cadena perpetua para personas homosexuales, y ha detallado que se trata de «una narrativa utilizada por el poder para que la población deje de hablar de corrupción».
«Estas ideas se extienden a través de las iglesias, mediante los pastores, para que la gente se olvide de lo que pasa», ha dicho antes de afirmar que «a los dictadores les encanta usar este tipo de narrativas para culpar a terceros».
Así, ha indicado que aquellos que defienden los Derechos Humanos «son a veces señalados como agentes de Occidente». «Nos comparan con agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) o agentes comunistas», ha relatado antes de precisar que en Uganda «el colonialismo todavía tiene un significado y provoca reacciones en los corazones de la gente».
Uganda ya criminalizaba los actos homosexuales, pero la nueva ley endurece aún más los castigos, con una posible pena capital si las relaciones involucran a menores de edad o implican la transmisión de una enfermedad. La única vía para frenar su aplicación es mediante los tribunales.
Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han criticado el texto, al igual que gobiernos como el de Estados Unidos, importante socio comercial del país africano. Washington ha amenazado con imponer sanciones ante una ley que, según el secretario de Estado, Antony Blinken, genera «preocupación».