El Centro de Protonterapia Quirónsalud estudia la terapia de protones frente a cordomas y condrosarcomas
El Centro de Protonterapia Quirónsalud ha puesto en marcha un ensayo clínico fase II para analizar los beneficios del uso de la terapia de protones en adultos con cordomas y condrosarcomas de base de cráneo, dos tipos poco frecuentes de cáncer de huesos.
En concreto, el objetivo es analizar si consiguen mejores resultados clínicos acortando el número de sesiones pero utilizando dosis más altas de radiación, lo que se conoce como tratamiento hipofraccionado, «ofreciendo una ventaja añadida para los afectados por estos tumores, al reducir los efectos secundarios asociados a su tratamiento con la consiguiente mejora de su calidad de vida», ha apuntado Morena Sallabanda, especialista del Servicio de Oncología Radioterápica del Centro y una de las investigadoras principales de este estudio.
«Si conseguimos mejores resultados con menos sesiones de tratamiento en determinados tumores, conseguiríamos ampliar su uso a más pacientes oncológicos que también pueden beneficiarse de esta radioterapia tan precisa», ha añadido el jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Centro de Protonterapia Quirónsalud, Raúl Matute.
El tratamiento estándar en estos pacientes cuando la enfermedad está localizada es la cirugía, pero «casi nunca se obtienen resecciones completas por el riesgo de efectos secundarios», según estos expertos. Esto hace que la radioterapia postoperatoria, o en exclusiva cuando no hay posibilidad de operar, sea el tratamiento más indicado en estos casos.
Y en el caso de la protonterapia, se ha observado que «es la técnica que mejores resultados ofrece gracias las características físicas de los protones, que permiten radiar con una precisión milimétrica minimizando el daño en el tejido sano circundante», ha detallado Juan Antonio Vera, especialista del Servicio de Física Médica del Centro de Protonterapia Quirónsalud que también coordina el estudio.
En este caso, el objetivo del estudio que ha puesto en marcha el Centro, que en 2019 se convirtió en el primero en utilizar la terapia de protones en España, es demostrar que en algunos casos se puede disminuir sustancialmente el número de sesiones empleadas (el tratamiento estándar se realiza en 37 y el objetivo es reducirlo 5 sesiones) con resultados equivalentes o incluso superiores en control local y supervivencia.
«Debido a las características biológicas de estos tumores, que tienen una mejor respuesta a las dosis altas de radiación por sesión, podríamos realizar tratamientos más cortos que impacten menos en su calidad de vida», ha explicado Sallabanda.