El capital riesgo europeo necesita estandarizar la medición de estrategias ESG, según Oliver Wyman
La consultora Oliver Wyman y la plataforma de datos ESG Novata han publicado este jueves un informe acerca del sector del capital riesgo y han concluido que las firmas europeas tienen grandes dificultades para identificar y estandarizar un modelo que permita medir las estrategias ESG (siglas en inglés de ambientales, sostenibilidad y gobernanza).
La consultora ha detallado a través de una nota de prensa que el estudio se ha elaborado mediante la encuesta a veinte fondos de capital riesgo, que representarían el 30% de los activos gestionados en Europa por parte de esta industria, sobre sus estrategias y procesos actuales en materia de ESG.
El informe ha puesto el foco en que el «volumen ingente y difícil de manejar de las métricas ESG complica el uso de los datos recogidos para influir en las decisiones de inversión», ya que, a diferencia de los resultados financieros, donde existen marcos universales, los datos ESG «carecen de normalización y de puntos de referencia ampliamente aceptados».
En ese sentido, los participantes de la encuesta han revelado ser «bastante heterogéneos» en cuanto a la forma en que definen y seleccionan las métricas ESG para las empresas de su cartera en la actualidad, pues casi el 80% de ellos indicaron que utilizan indicadores y cuadros de mando estandarizados internamente.
De cara al mercado, la totalidad de las firmas encuestadas señalaron que «ya observan» que los criterios ESG contribuyen al rendimiento financiero, en tanto que un 53% de ellos admite que una apuesta fuerte por este tipo de estrategias mejora la percepción de marca.
El informe ha constatado que contar con un nivel básico de competencias ESG «ha pasado de ser un factor diferencial de una firma a la norma general», y ha recordado la existencia de la normativa europea como el Reglamento SFDR de la Unión Europea (UE), que obliga a los participantes en los mercados financieros a comunicar públicamente datos ESG.
Con todo, si el estudio ha diferenciado cuatro niveles de madurez de aplicación de criterios ESG, la mayoría de las gestoras europeas se encontraría en el segundo nivel, denominado «estándar», y que estaría caracterizado por el establecimiento de una estrategia ESG a nivel de empresa y empresa y una estructura interna de gobernanza o nombrado responsables para estos asuntos.
Otro punto clave para formar parte de este nivel es la capacidad de reconocer y dar seguimiento a distintos KPIs (Key Performance Indicators) de ESG básicos, por ejemplo, las emisiones de carbono producidas por las empresas en cartera y por la actividad del propio fondo.
El socio de Oliver Wyman para el mercado ibérico, Martín Sánchez, ha anticipado que, en los próximos años, las empresas que sean capaces de utilizar los factores ESG como ventaja competitiva «gozarán de una reputación más sólida ante los socios de inversión, el público, los reguladores, la comunidad empresarial y los medios de comunicación».
También ha señalado como ventajas comerciales que se reduzcan las ineficiencias operativas, se generen ingresos a partir de productos respetuosos el medioambiente y una mayor fidelidad de los clientes.