El 40% de las personas que se miden el colesterol son derivadas al médico para el control de la patología
El 40 por ciento de las personas que se miden el colesterol (c-LDL) han sido derivadas a un profesional para el control de la patología, según se ha desvelado en la última campaña de la Fundación de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) y la Fundación Viatris.
Además, a un 20 por ciento de los participantes se les ha instaurado o bien un tratamiento, donde la estatina ha sido la más prescrita por el médico de familia, o bien un complemento alimenticio.
Estos datos se han presentado este martes en la segunda Semana de la Información y Cribado de la Hipercolesterolemia en la Farmacia Comunitaria, en una rueda de prensa que ha contado con el presidente de SEFAC, Vicente Baixaulli; el presidente ejecutivo de la Fundación SEFAC, Jesús Gómez; el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), José Polo; el presidente de Fundación Viatris, Javier Anitua; y la presidenta de Cardioalianza, Maite San Saturnino.
Las entidades han colaborado de manera conjunta para lograr un mayor control de las dislipemias y han logrado que, en 2021, un total de 231 farmacias españoles se impliquen para evaluar el control del colesterol en 845 personas que podían tener niveles altos, dependiendo de factores como la edad (mayores de 40 años), hipertensión arterial o diabetes.
Los expertos han advertido que las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en los países occidentales y, en el caso de España, suponen el 28,3 por ciento de los fallecimientos. En este sentido, han señalado que la dislipidemia tiene una prevalencia en la población mayor de 18 años en Atención Primaria del 50,3 por ciento.
Por ello, han apelado a la coordinación entre los médicos de AP y los profesionales de Farmacia para trabajar en el diagnóstico, control y seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes.
El presidente de la Fundación SEFAC ha indicado que el 90 por ciento de los españoles considera el colesterol peligroso o muy peligroso para su salud, según los datos de un estudio demoscópico realizado por Viatris, con el apoyo de IQVIA, a finales del 2020.
Sin embargo, esta percepción tan alta de su riesgo no se corresponde en igual medida con su control. Así, de esta encuesta se desprende que tres de cada cinco adultos españoles no se han medido los niveles de colesterol (c-LDL) en los últimos doce meses. Además,dos de cada cinco españoles cree tener el colesterol en los niveles recomendados y, sin embargo, presenta valores altos o que están en el límite.
«Estos datos ponen de manifiesto que hay un interés social por el colesterol (c-LDL), pero aún existe un desconocimiento de lo que es el riesgo cardiovascular», ha señalado Jesús Gómez.
PROTOCOLO DE DISLIPIDEMIAS
Por todo ello, las tres entidades han protocolizado la derivación de los pacientes al médico de familia con el objetivo de neutralizar la «pandemia» de la enfermedad cardiovascular. El objetivo de esta acción es impulsar y optimizar el consenso para el abordaje del paciente con dislipidemia en el ámbito de la AP.
Este documento recoge los datos de derivación al médico, las cifras de colesterol en las cuales es importante la valoración farmacéutica y el seguimiento por parte del farmacéutico comunitario. Según los expertos, esto permite clasificar de manera ágil y certera las derivaciones entre médicos y farmacéuticos en el campo de las dislipemias.
«El Protocolo de Dislipidemias que trabajamos de la mano de SEFAC es un punto de inicio para el buen control del paciente crónico. El grado de control de los pacientes con dislipemia ronda el 33 por ciento, una cifra muy baja y que es muy mejorable. La función del farmacéutico comunitario puede ayudar en la educación sanitaria y la adherencia terapéutica para un mayor control de esta patología», ha explicado José Polo.
Por su parte, Vicente Baixauli ha asegurado que la importancia del protocolo reside en la definición de unos criterios «claros» para el farmacéutico, quien permite el seguimiento médico del paciente. «Existen numerosos escritos relacionados con las dislipidemias, pero hasta el momento no se había trabajado un documento tan específico para el farmacéutico y que se convirtiera en una herramienta que aportase una mayor seguridad al profesional a la hora del cribado y la derivación al especialista de atención primaria», ha precisado.
