Decenas de miles de personas protestan otro viernes más contra la cúpula de Argelia
Decenas de miles de argelinos han vuelto a salir este viernes a las calles del país para protestar contra el Gobierno y reclamar la liberación de la opositora Louisa Hanune, secretaria general del Partido de los Trabajadores (PT).
Hanune fue puesta el jueves bajo «detención provisional» tras ser llamada a declarar ante un tribunal militar en el marco de una investigación contra los antiguos jefes de los servicios secretos de Argelia Mohamed Medién y Athmane Tartag, así como el hermano pequeño del expresidente Abdelaziz Buteflika, Said Buteflika.
La detención fue denunciada por el PT y las autoridades no se han pronunciado hasta este mismo viernes, cuando fuentes del Ministerio de Defensa han confirmado que fue trasladada a una prisión civil en la provincia de Blida.
Tanto Medién, alias Tufik , como Tartag, alias Bachir , y Said Buteflika fueron acusados de «atentado contra la autoridad del Ejército» y «complot contra la autoridad del Estado».
En respuesta, el PT tildó de «deriva gravísima» la detención de Hanune y destacó que «se trata de una medida contra el pueblo argelino y su movilización revolucionaria desde el 22 de febrero de 2019». Por ello, llamó a la población a mantener las movilizaciones.
Durante la jornada, y por decimosegundo viernes consecutivo, decenas de miles de personas se han manifestado en numerosas ciudades del país, entre ellas la capital, Argel, para reclamar un cambio en el sistema político.
Las protestas se han sucedido así en Argel, Orán, Constantina, Bordj Bu Arreridj, Mostaganem, Msila, Bejaia, Buira y Um el Buaghi, entre otras, según ha recogido el diario local Tout sur l Algerie .
Una manifestante, Maisum Ait, ha reclamado en declaraciones a la agencia alemana de noticias DPA la liberación de Hanune. «Estoy en contra de su visión política, pero eso no significa que haga frente a un juicio militar sin conocimiento público sobre los cargos contra ella», ha dicho.
Las movilizaciones han continuado así en el que es el primer viernes desde el inicio del Ramadán y a pesar de la detención de numerosas personas del círculo del expresidente Abdelaziz Buteflika, quien dimitió el 2 de abril.
CAMBIO EN EL SISTEMA
La dimisión del histórico líder argelino y la apertura de casos de corrupción eran dos de las exigencias más importantes de los manifestantes, que sin embargo consideran que las medidas hasta ahora no son suficientes y piden la dimisión del presidente interino, Abdelkader Bensalá, y una verdadera democratización del país.
El propio Bensalá hizo el domingo un llamamiento a un diálogo «inteligente y constructivo» y defendió mantener la fecha de las elecciones el 4 de julio, a pesar de las manifestaciones en el país reclamando su dimisión.
El presidente interino aplaudió además el papel del Ejército para «preservar la concepción constitucional del Estado, asegurar su continuidad y garantizar la seguridad y la estabilidad del país», al tiempo que destacó el papel del jefe de las Fuerzas Armadas, Gaid Salá, por «la lucidez de su compromiso del lado del pueblo en esta fase crucial de la historia».
Por otra parte, Bensalá ensalzó la rapidez de la respuesta del Estado a las reivindicaciones populares, haciendo especial hincapié en la apertura de casos por corrupción contra destacados miembros del círculo de Buteflika, aunque sin mencionarlos directamente.
La semana pasada, Salá, quien ayudó a expulsar a Buteflika tras presionar para que declararan su inhabilitación para el cargo por motivos de salud, avisó de que varios casos importantes de corrupción acabarán saliendo a la luz tarde o temprano.
Hasta la fecha, Salá ha mantenido su apoyo al cumplimiento de la Constitución y sus plazos para el nombramiento de Bensalá –entonces presidente del Senado– y la convocatoria electoral, al tiempo que el Ejército se ha pronunciado en varias ocasiones para garantizar su apoyo a los manifestantes.
