Brasil achaca los ataques a las políticas indigenistas de Bolsonaro a los intereses por manipular a los indios

La FUNAI rechaza las críticas y defiende que actuaron con «celeridad» en la búsqueda del indigenista Pereira y el periodista Phillips

Da Silva sostiene que las «crueles» palabras de Bolsonaro sobre la desaparición fueron una «malinterpretación» de la prensa

El presidente de la gubernamental Fundación Nacional del Indio (FUNAI), Marcelo Augusto Xavier da Silva, ha señalado que si las políticas indigenistas de desarrollo del Gobierno de Brasil son tan atacadas es porque cuestionan «los intereses» de aquellos que siempre han utilizado a estas comunidades como un «masa manipulable».

«Si un indígena quiere hacer un plan de desarrollo sostenible dentro de su área, que sea ambientalmente correcto, ¿por qué no puede?», se ha preguntado Da Silva, quien ha asegurado que una vez estas personas son «autosuficientes» dejan de estar bajo «los intereses» de quienes siempre los han manipulado.

«A algunos les interesa vender la imagen del indígena harapiento, del indígena humillado, del indígena vago», ha dicho Da Silva a Europa Press a su paso por Madrid para asistir a la XVI Asamblea General del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), que se celebra en la Embajada brasileña este jueves 21 y viernes 22.

Da Silva ha defendido el modelo de política indigenista del Gobierno de Jair Bolsonaro como «un nuevo formato de realidad», alejado del tradicional «paternalismo del Estado» que hasta ahora había tratado a los indígenas como «incapaces» y «despojados de derechos».

«No podemos imponer a los indígenas que sí quieren desarrollarse que no lo hagan», ha dicho, cuestionando a aquellos que quieren arrogarse como únicos portavoces de un colectivo formado por un «amplio abanico» de 304 etnias y más de 270 lenguas.

«En esta pluralidad étnica es imposible que exista una sola institución, o que algunas se posicionen como dueñas de la verdad de la política indigenista de Brasil», ha argumentado cuando se le ha preguntado por las numerosas críticas que han recibido las políticas medioambientales e indigenistas de Bolsonaro dentro de los propios colectivos y grupos de defensa de derechos de los pueblos originarios.

«Yo tengo el apoyo de muchas comunidades indígenas de Brasil y la verdad de lo que pasa en Brasil no está llegando aquí», ha lamentado Da Silva, quien ha minimizado las críticas de los trabajadores de la FUNAI que ya organizaron una huelga hace un mes para exigir su renuncia por sus políticas y palabras en relación a la desaparición y asesinato del indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips.

DESAPARICIÓN Y ASESINATO DE PEREIRA Y PHILLIPS

En relación a esto, Da Silva ha defendido «la rapidez» y «la seriedad» con la que actúo el Gobierno cuando supo de estas desapariciones. Ambos navegaban por el Valle del Yavarí, una de las zonas más inaccesibles de la Amazonia brasileña, hogar no solo de la mayor concentración de pueblos indígenas sin contactar, sino también escenario de una de las mayores rutas de tráfico ilegal de materias primas y cocaína desde Perú rumbo a Europa.

«La investigación se llevo a cabo con bastante celeridad. El Gobierno actuó con mucha prontitud (…) se desplegó a un total de 300 personas para la búsqueda, que se completó en aproximadamente diez días», ha recalcado.

A la pregunta sobre la falta de personal y recursos que denuncia la FUNAI, ha insistido en que no ha dejado de crecer la inversión en los últimos tres años, cuando se hizo oficial su controvertido nombramiento, ya que fue criticado por grupos indígenas y aplaudido por la bancada ruralista que defiende los intereses del agronegocio en el Congreso.

Uno de los motivos que motivaron la convocatoria de una huelga en la FUNAI fueron las «falsas» explicaciones –según un sector del funcionariado– dadas por Da Silva cuando se le cuestionó por la desaparición de Pereira y Phillips. En aquella ocasión, como ahora, ha subrayado que no eran conscientes de esa fatídica empresa emprendida por el indigenista y el periodista.

«Es importante mencionar que no se nos dio a conocer esa expedición. Él ni siquiera estaba trabajando para la FUNAI, él tenía una excedencia. La FUNAI no emitió ninguna autorización y tampoco tenía conocimiento de las amenazas que había estado sufriendo por qué no estaba bajo nuestro servicio», ha solventado.

Los operativos, ha explicado, se hacen de manera conjunta con las fuerzas policiales y militares y que la autorización, tal y como ha alegado que existía la Unión de los Pueblos Indígenas del Valle del Yavarí (UNIVAJA) para quien trabajaba en ese momento Pereira, fue tramitada por una coordinadora regional local.

«Quien dio esta autorización para ingresar al área indígena fue la coordinadora regional local de Atalaya del Norte –municipio en pleno Valle del Yavarí–. No fue aceptada en Brasilia. Solo nos enteramos después de la desaparición. Este proceso nunca pasó por la sede en Brasilia», ha dicho.

«Esa expedición era una actividad muy arriesgada. La FUNAI no autorizó esa operación (…). Tanto es así que cuando fui a hacer un balance de la situación, pedí ver el proceso y lo autorizó única y exclusivamente la unidad regional», ha insistido.

Da Silva ha explicado que la FUNAI tiene 39 coordinaciones regionales y que si bien cuentan con autonomía administrativa y financiera, «en caso de riesgo se supone que la mejor forma de avanzar administrativamente» es con la participación de Brasilia. «Eso fue lo que no se hizo», ha zanjado.

Pereira estuvo trabajando durante años para la FUNAI, pero en 2021 pidió una excedencia sin remuneración alegando que el ambiente que llegaba de la altas instancias de esta oficina gubernamental era hostil y que no se estaba haciendo lo suficiente para implantar políticas indigenistas que marcaran la diferencia.

Sin embargo, Da Silva remarca que los servicios de asuntos internos desconocían estas denuncias y que si bien Pereira consideraba que se estaban llevando a cabo malas prácticas en la FUNAI, debió haberlo puesto en conocimiento de la Fiscalía y el resto de autoridades competentes.

«LA PRENSA MALINTERPRETÓ A BOLSONARO»

No solo la supuesta tardanza de las autoridades fue criticada por una parte de la sociedad brasileña e internacional. Lo que más causó indignación fueron las «crueles» palabras, según Amnistía Internacional, que el presidente Bolsonaro profirió cuando se estaba llevando a cabo la búsqueda.

Para Da Silva, que Bolsonaro afirmara que si Pereira y Phillips cayeron al río «poca cosa va a sobrar» y que «ese inglés estaba mal visto» por su trabajo denunciado a los garimpeiros (extractores irregulares de oro), son expresiones que han sido «malinterpretadas por la prensa».

«La situación allí era muy arriesgada. Creo que la actuación debió haber sido comunicada a la base y hecha con apoyo policial, no de la forma en que se hizo», ha expresado en la misma línea que Bolsonaro.

En relación a las críticas que ha estado recibido Bolsonaro por su políticas indigenistas, Da Silva ha insistido en que son el Gobierno que «mayor inversión han hecho» y se ha preguntado por qué entonces «muchas» de las comunidades indígenas que viven en la frontera con Venezuela migran para Brasil.

«Supongamos que Brasil tiene una mala política indigenista, ¿entonces por qué se están yendo de Venezuela para Brasil? Es absurdo, no tiene lógica», ha expuesto, alertando a su vez de la complejidad que supone para ellos hacer frente a una crisis de «refugiados indígenas» procedentes de Venezuela.

«Huyen del hambre (…). En Venezuela son expulsados (…) y no veo a los organismos internacionales hablar sobre este asunto», ha protestado.

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