Arbizu, cesado tras la imputación de BBVA, percibió 327.000 euros en retribución variable hace cuatro meses

MADRID, 7

El que fuera jefe de control interno de BBVA hasta la semana pasada, Eduardo Arbizu, percibió un total de 327.007 euros en acciones derivadas de la liquidación de parte de sus sistemas retributivos, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) consultados por Europa Press.

En concreto, Arbizu recibió el pasado 1 de abril un total de 20.509 acciones a un precio unitario de 5,2 euros correspondientes al 50% de la parte inicial de su retribución variable anual correspondiente al año 2018.

Además, se embolsó otros 42.377 títulos a igual precio, 5,2 euros, derivados del 50% de la parte diferida de la retribución variable anual del ejercicio 2015.

BBVA decidió el pasado 30 de julio destituir a Arbizu como responsable de regulación y control interno, abandonando la entidad después de 17 años en el grupo y siendo sustituido por la que hasta ahora era la actual directora de riesgos no financieros, Ana Fernández Manrique.

Desde el banco no quisieron dar explicaciones a los motivos de la salida de Arbizu, si bien se produjo justo un día después de que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón acordara imputar como persona jurídica a BBVA por los presuntos delitos de cohecho, revelación de secretos y corrupción en los negocios relacionado con la una operación de espionaje encargada en 2004 al excomisario encarcelado José Manuel Villarejo.

Incluso el propio consejero delegado del banco, Onur Genç, se negó a arrojar luz sobre si la destitución de Arbizu tenía que ver con la imputación del banco, a pesar de las reiteradas preguntas por parte de la prensa al respecto en la presentación de los resultados referidos al primer semestre de 2019.

Se da la circunstancia de que Arbizu fue el responsable de servicios legales del banco durante todo ese periodo. Asumió la dirección general de servicios legales de BBVA entre 2002 y 2003, momento en que se convirtió en máximo responsable de la dirección de servicios jurídicos.

En 2007 se le asignó, además, las direcciones de asesoría fiscal, auditoría y cumplimiento. En 2011 fue nombrado director global de legal y cumplimiento y, en 2018, ascendió a director global de regulación y control interno, reportando directamente al consejo de administración.

RETRIBUCIONES

Los quince miembros que forman parte de la alta dirección de BBVA, entre los que se encuentra Arbizu, percibieron en conjunto un total de 16,12 millones de euros en concepto de retribución fija en 2018, y 1,48 millones de euros en efectivo como retribución variable anual de 2017, más 205.104 acciones; al tiempo que sumaron 573.000 euros en concepto de retribución variable diferida de 2014, más 64.853 acciones.

Además, este colectivo percibió durante el ejercicio 2018 retribuciones en especie, que incluían primas por seguros y otras, por importe total conjunto de 875.000 euros.

La retribución variable anual correspondiente a 2018 para el conjunto de los miembros de la alta dirección se determinó en un importe total conjunto de 7,07 millones de euros, de la que parte sería abonada en el primer trimestre de 2019, mientras que la diferida correspondiente a 2015 se fijó en 2,93 millones de euros y 382.407 acciones de BBVA.

CLÁUSULAS MALUS Y CLAWBACK

El banco no desglosa en su informe los importes correspondientes a cada uno de los directivos, mientras que no ha querido hacer ningún comentario respecto a la posibilidad de aplicar determinas cláusulas para el caso en que Arbizu hubiera tenido alguna relación con los trabajos encargados a Villarejo.

Casi una decena de exdirectivos del banco están imputados en la investigación que se enmarca en la novena pieza del caso Tándem , relativa a los trabajos desempeñados por el policía que se encuentra en prisión preventiva desde noviembre de 2017. No obstante, Arbizu no se encuentra en esta lista, que previsiblemente será ampliada.

Según recoge el último informe financiero de BBVA, la retribución variable en BBVA está vinculada a la consecución de objetivos previamente establecidos y a una gestión prudente de los riesgos, basada en el diseño de incentivos que se ajustan a los intereses a largo plazo del banco.

Su política incluye, además, cláusulas malus y clawback , que supondrían la pérdida por parte de Arbizu del derecho a cobrar la remuneración variable devengada y no satisfecha en el primer caso, y la reclamación por parte de la entidad del reembolso de las retribuciones variables pagadas en el segundo. El banco también tiene la opción de aplicar un periodo de retención de acciones.

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