Alcanzar una economía cero emisiones en 2050 requerirá unas inversiones de 66 billones en el mundo, según ETC
Alcanzar la neutralidad de carbono de la economía mundial requerirá de unas inversiones totales de 80 billones de dólares (unos 66,2 billones de euros) hasta 2050, según los informes publicados por la Energy Transitions Commission (ETC), que apuesta por la electrificación basada en renovables e hidrógeno verde.
La coalición global de empresas, de la que forma parte Iberdrola junto a compañías como Shell, ArcelorMittal, Bank of America, Orsted o BP, entre otras, concluye así que alcanzar una economía neta cero en los próximos 30 años es «técnica y económicamente posible», a un ritmo inversor de unos 2,5 billones de dólares (unos 2 billones de euros) anuales.
Esto incluye la inversión en generación renovable para respaldar la electrificación directa e indirecta, además de la inversión en la infraestructura de la red eléctrica. «Si bien es grande, esto representa menos del 1,5% del PIB mundial y es manejable en el entorno macroeconómico actual», señala el estudio.
En sus informes, la organización analiza cómo el sector eléctrico es capaz de proporcionar la energía limpia, segura y asequible necesaria para que se cumpla un escenario de descarbonización de la economía global a 2050, con una alta electrificación basada en renovables.
Así, creen que la electricidad podría representar hasta el 70% de la demanda final de energía para 2050, frente al 20% actual, y se espera que el uso total de electricidad crezca hasta cinco veces en las próximas décadas.
En este sentido, defienden que el peso de la energía eólica y solar debe aumentar del 10% actual de la generación total de electricidad, a aproximadamente el 40% para 2030 y más del 75% para 2050.
LAS RENOVABLES DEBEN CRECER MÁS DE 10 VECES A 2050
Por lo tanto, estiman que las instalaciones eólicas y solares anuales deben crecer entre cinco y siete veces para 2030, y más de 10 veces a 2050.
También deben ir acompañadas del despliegue paralelo de otras tecnologías de generación con cero emisiones de carbono (como la hidroeléctrica y la nuclear), soluciones de flexibilidad, almacenamiento y redes de distribución para ofrecer sistemas de energía con cero emisiones de carbono a escala.
A este respecto, creen que estos objetivos están al alcance «si se ponen en práctica estrategias nacionales claras para la descarbonización y el diseño adecuado del mercado de energía desbloquea los flujos financieros privados».
LAS RENOVABLES SUPONDRÁN EL 80% DE LAS INVERSIONES
Las inversiones en energía renovable, principalmente eólica y solar, representarán la gran mayoría -alrededor del 80%- de las inversiones totales necesarias para lograr una economía neta cero.
En lo que se refiere al hidrógeno, el documento analiza su papel en la transición energética, siendo el principal complemento a la electrificación masiva con renovables a 2050.
Así, señala que será muy positivo en cuanto a demanda y costes a futuro, llegando a entre el 15% y el 20% de la demanda final de energía a mitad de siglo, siendo la mayoría hidrógeno verde. En concreto, estima que los costes de producción de hidrógeno verde caerán por debajo de dos dólares (unos 1,65 euros) por kilogramo para 2030.
El director de Innovación y Sostenibilidad de Iberdrola, Agustín Delgado, indicó a este respecto que el hidrógeno verde fabricado a partir de electricidad renovable «será el mejor complemento de la profunda electrificación para lograr un sector energético sostenible y descarbonizado».
«Aportará oportunidades de inversión y puestos de trabajo cualificados, al tiempo que hará que nuestra economía sea más limpia y competitiva. Los compromisos políticos para ampliar esta nueva economía son necesarios y aportarán importantes beneficios económicos y medioambientales en los próximos años», dijo.