Investigadores analizan posibles candidatos a vacunas contra el ébola y ensayos clínicos

Los investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU (NIAID) están analizando el panorama de los candidatos a vacunas contra el ébola, ensayos clínicos y resaltan los fallos para realizar futuras investigaciones.

El NIAID está compuesto por investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm), los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU (NIH) y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM), y todos ellos forman parte de la Asociación para la Investigación sobre la Vacunación contra Ébola (PREVAC), quien está llevando a cabo un ensayo clínico de Fase 2 en Guinea, Liberia, Sierra Leona y Mali para evaluar tres estrategias de vacunación contra el ébola en niños de un año o más.

Por ejemplo, en la República Democrática del Congo (RDC) el ébola ya ha experimentado dos brotes en 2018, lo que subraya «la necesidad de continuar los esfuerzos para desarrollar una vacuna eficaz», han explicado los investigadores. Los autores señalan que se han completado 36 ensayos de candidatos a la vacuna contra el ébola y otros 14 están activos.

La vacuna experimental rVSV-ZEBOV, que se trató en la República Democrática del Congo, es la única candidata con algunos datos de eficacia clínica, que se obtuvieron en un ensayo clínico en Guinea realizado durante el brote de ébola 2014-2016.

Después de revisar el estado de cuatro candidatos de vacunas adicionales en estudio (Ad26.ZEBOV, MVA-BN-Filo, chAd3-EBO-Z y la vacuna GamEvac-Combi), los autores destacan las áreas donde se requiere más investigación. Específicamente, señalan la necesidad de más datos en mujeres embarazadas, niños y poblaciones inmunocomprometidas, incluidas las personas infectadas con el VIH y los ancianos.

Además, han indicado que se necesita más investigación sobre la durabilidad y la rapidez de las respuestas inmunes generadas por diversos enfoques de vacunas. Los expertos también solicitan estudios para identificar correlatos confiables de protección (la parte específica y medible de una respuesta inmune que indicaría que una persona está protegida contra el Ébola), así como ensayos a gran escala para evaluar completamente la seguridad y eficacia de las vacunas experimentales.

Los autores han concluido poniendo de manifiesto «el valor de integrar la investigación en ciencias sociales en el diseño de ensayos clínicos para ayudar a generar confianza y compromiso con las comunidades afectadas».

Además, han resaltado la necesidad de investigar varias vacunas y estrategias de vacunación para responder de manera más efectiva a brotes futuros, mejorar la capacidad global para llevar a cabo investigaciones clínicas y formar asociaciones de colaboración.

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