Zelenski celebra que diez años después de la revolución de Maidán la integración en la UE ya es «una realidad»
«Hace diez años, los ucranianos lanzaron su primera contraofensiva», proclama
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha conmemorado ese martes el Día de la Dignidad y la Libertad, la simbólica fecha con la que el país recuerda la Revolución Naranja de 2004 y el inicio de las protestas europeístas de la plaza Maidán de Kiev hace justo 10 años, el 21 de noviembre de 2013, incidiendo en que en este tiempo la integración ucraniana ha pasado de ser «un sueño romántico» a «una meta ambiciosa» y, ahora, «es una realidad».
La paralización de la firma de acuerdos con la UE por parte del presidente Viktor Yanukovich desencadenó hace una década una lucha «contra la subyugación» a Moscú, en palabras de Zelenski, «una primera victoria» en una guerra que Ucrania sigue librando a día de hoy y que supuso «la victoria de la resistencia del pueblo» frente a los intereses de un Gobierno prorruso.
«Hace diez años, los ucranianos lanzaron su primera contraofensiva», ha dicho Zelenski, en un discurso cargado de paralelismos entre los acontecimientos pasados y una situación actual marcada por la ofensiva militar que comenzó en febrero de 2022 por orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
En noviembre de 2013, miles de ciudadanos comenzaron a reclamar en las calles que Kiev estrechase lazos con la UE, lo que implicaba de facto alejarse de la órbita de Moscú. Ahora, Ucrania es formalmente país candidato a incorporarse al bloque comunitario y tiene ya un primer aval de la Comisión Europea para iniciar conversaciones formales de adhesión, pese a las reformas que siguen pendientes.
Zelenski, de hecho, ha pronunciado su discurso con las banderas de Ucrania y de la UE de fondo, porque «ya no es sólo un adorno en una plaza», sino «un símbolo real» de la unión de dos actores indisolubles que considera «deberían» terminar de juntarse. Kiev está ahora pendiente de que los Veintisiete autoricen el siguiente paso, con la vista puesta en el que Consejo Europeo de mediados de diciembre.
«Hoy se escribe una nueva página de nuestra historia. Hoy corresponde a nuestra generación determinar la dirección que seguiremos. Lo que dirán los libros de historia», ha dicho Zelenski, que ha llamado no «cansarse» ni «desesperarse» ni a a «hacer concesiones a los tiranos», ya que eso supondría no sólo que perdería Ucrania sino también el conjunto de Europa y el mundo.
«Somos fuertes. Tenemos que ser fuertes. Porque la gente sólo cree en la fuerza y sólo la fuerza puede crear el futuro», ha añadido, «en honor de los héroes» que han perdido la vida en la lucha contra las fuerzas rusas y que trabajan para «reunificar Ucrania dentro de sus fronteras», sin injerencias externas por tanto en las regiones del este o en la península de Crimea –cuyo control perdió Kiev en 2014–.
Para el mandatario ucraniano, es momento de «no tener miedo» y de «luchar». Las fuerzas ucranianas han recuperado algo del terreno perdido en el sur y el este tras el inicio en junio de una contraofensiva que en las últimas semanas ha tenido como principal hito el salto de estas tropas a la margen izquierda del río Dniéper en la región de Jersón.
La ONU estima que desde el inicio de la agresión rusa han muerto ya más de 9.900 civiles, de los cuales unos 570 eran menores de edad.