Zapatero avisa al PSOE de que para ganar necesita la máxima unidad interna y pide a Sánchez acoger a todos
Reclama a todos los socialistas que contribuyan a la cohesión en el arranque de una Escuela de Gobierno que arranca con ausencias destacadas
El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha advertido este jueves al PSOE, partido que dirigió durante 12 años, de que para volver a gobernar necesita, primero, «la máxima unidad» interna, objetivo al que deben contribuir «todos los socialistas».
Así se ha expresado en la apertura de la Escuela de Buen Gobierno organizada por el actual líder, Pedro Sánchez, y que ha arrancado con destacadas ausencias, entre ellas las de los exsecretarios generales Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba, que rechazaron la invitación, mientras sigue pendiente de confirmación la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, a la que Zapatero apoyó en las primarias.
Pero Zapatero también ha enviado un recado directo a Sánchez, que le escuchaba desde la primera fila de un auditorio de 450 personas. El líder del partido debe trabajar por esa unidad interna «queriendo a todos, dejando espacio a todos», le ha pedido.
La Ejecutiva que diseñó Sánchez tras ganar las primarias de mayo pasado que le devolvieron a los mandos de Ferraz se caracterizó por su falta de integración de las diferentes corrientes del partido. Tan sólo Guillermo Fernández Vara y Patxi López fueron admitidos en la nueva dirección del partido.
Junto a la cohesión interna, la segunda condición que se precisa para regresar a La Moncloa es, a juicio de Zapatero, que gobernó dos legislaturas, «tener la convicción de ganar» y ha confiado en que la celebración de esta serie de conferencias y talleres hasta el domingo, contribuya a estos dos objetivos.
«Si el PSOE está convencido, convence, y si está decidido, la gente se decide con él», ha resumido, admitiendo que acudía a esta escuela con el propósito de «cargarles las pilas» al partido.
DEFENDER LA UNIDAD DE ESPAÑA NO PERJUDICA AL PSOE
Zapatero ha respaldado la posición que ha mantenido su partido en la crisis independentista en Cataluña. A quienes piensan que respaldar el 155 ha sido una decisión difícil para el partido, les ha indicado que al PSOE «nunca le va a ir mal» apoyando la unidad de España porque eso es lo que «hay que hacer» con «convicción».
También ha apoyado la iniciativa socialista de iniciar en el Congreso de los Diputados el debate sobre la reforma del modelo territorial y se ha mostrado convencido de que llegará un momento en que se entable un «diálogo» entre el Gobierno de España y la Generalitat.
Alcanzar un acuerdo «desde el diálogo y el entendimiento» que permita «refundar» el modelo de convivencia entre españoles y abra un nuevo periodo de estabilidad es, a juicio de Zapatero, la «primera prioridad» que tiene España como país.
Zapatero ha culpado a los partidos independentistas catalanes de cometer el «gravísimo error» de interpretar erróneamente los sentimientos de los catalanes, un fallo que retrasará probablemente «el momento del diálogo». «Pero llegará y lo hará el PSOE», ha asegurado.
El expresidente no admite como posibilidad la ruptura de España, pues supondría un «fracaso colectivo, primero de quienes la promueven y segundo, de quienes la llegan a aceptar por activa o por pasiva». «La España democrática no puede aceptar un fracaso colectivo, por eso el PSOE tiene la responsabilidad de convertir el conflicto catalán en una nueva etapa de reformas y unidad de España en su gran diversidad y pluralidad», ha advertido.
PLANTARLE CARA A LA PROSTITUCIÓN
En el turno de preguntas, un miembro del público se interesó por saber si Zapatero se arrepentía de algún aspecto de su gestión. El expresidente reveló que se había quedado «con las ganas de hacer algo contundente, definitivo, contra la prostitución». «Y me gustaría ver al partido encabezando esa batalla con toda decisión y determinación», ha añadido después de afirmar que «el socialismo o es feminismo o no es nada».
Esta Escuela de Buen Gobierno es una iniciativa del líder del partido, Pedro Sánchez, que la presentó como el acontecimiento que permitiría escenificar la unidad interna del partido, pues reuniría a todos los exsecretarios generales.
Sin embargo, el anuncio de Sánchez llegó antes de tener cerradas todas esas asistencias. El antecesor de Sánchez en los mandos de Ferraz, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien se mantiene muy distanciado y enfrentado a la dirección actual de la formación fue el primero en descolgarse. Días después, el expresidente del Gobierno Felipe González excusaría asistencia por un viaje privado a Portugal.
Con González, Pedro Sánchez inició un acercamiento hace unas semanas con una comida en Madrid. El expresidente del Gobierno llegó a decir en 2016 que se sentía engañado por Sánchez, porque le había prometido que se abstendría en la investidura de Mariano Rajoy con tal de evitar unas terceras elecciones. Pero Sánchez se resistió a hacer presidente a Rajoy y terminó dimitiendo como líder del partido, al perder el pulso ante sus críticos, donde se integraba el grueso de los dirigentes territoriales.
Faltarán también a la Escuela de Buen Gobierno los presidentes de Asturias, Javier Fernández, –como Rubalcaba muy alejado de Sánchez– y de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, pues la celebración de la escuela coincide con los días grandes de las Fallas. La presidenta andaluza, Susana Díaz, aún no ha confirmado su participación en una mesa de debate el sábado con el resto de presidentes autonómicos socialistas para hablar del Estado autonómico.
Aunque en ocasiones anteriores el partido ha organizado jornadas de formación similares, ésta es la primera vez en los últimos años que se le ha querido dar tanta entidad buscando involucrar a todos los exsecretarios generales y presidentes autonómicos.