World Vision denuncia que seis de cada diez milicianos reclutados en Kasai son menores de edad
Los enfrentamientos entre grupos armados en la región congoleña de Kasai han provocado niveles de desplazamiento y violencia sin precedentes que tienen entre sus principales víctimas a los niños, hasta el punto de que, según recoge un informe de la ONG World Vision, el 60 por ciento de los milicianos reclutados durante estos meses tenían menos de 18 años.
El estudio ¿Nos oirás? 100 niños cuenta cómo la mayoría de estos menores se han visto obligados a escapar varias veces de situaciones de violencia, en algunos casos huyendo al bosque y sin apenas comida con el único objetivo de sobrevivir. Según el informe, el 99 por ciento de los niños encuestados han tenido que abandonar su hogar.
«Huimos al bosque; pasamos dos meses allí. Comimos hojas de yuca y nueces depalma. Nos costó comer y estábamos enfermos», cuenta Kanana, de 10 años. Su caso no es único, ya que la desnutrición ha pasado de afectar al 20 por ciento de las familias de Kasai a extenderse ya por el 76 por ciento, ha advertido World Vision en un comunicado.
El hambre no es la única amenaza que se cierne sobre las poblaciones vulnerables, sino que también la violencia se ceba con los niños. La ONU estima que el 60 por ciento de las personas reclutadas por las milicias son menores y algunos tienen apenas cinco años.
Regresar al hogar tras una participación en un conflicto armado tampoco es fácil, hasta el punto de que tres de cada cuatro niños temen persecución y represalias. World Vision ha pedido para ellos apoyo psicosocial, en el marco de una respuesta que sigue considerando «insuficiente» en términos generales.
«Maté a cinco soldados y una vez la lucha fue realmente dura y me escapé. No quería matar gente, pero ellos me obligaron a hacerlo», explica Davide, de 15 años, que lamenta haber visto «cadáveres de personas que conocía» durante su etapa en un grupo armado.
La directora de la ONG en República Democrática del Congo, Anne-Marie Connor, ha instado a «detener el ciclo de violencia», para lo cual considera un elemento clave la educación. En este sentido, ha recordado que «la escuela brinda a los niños un futuro fuera de la milicia, pero sin educación, acceso a cuidados psicosociales o un trabajo, el riesgo de volver a ser reclutados en las milicias es significativamente mayor».