Vox tacha a CCOO y UGT de «mafia» de corrupción y cosecha críticas de los demás grupos

Vox ha asegurado este martes en el Pleno del Congreso que los sindicatos CCOO y UGT son una «mafia» y les ha acusado de estar «infectados de corrupción», unas palabras que han sido respondidas con críticas por parte de los demás grupos, desde los del Gobierno y sus socios, hasta el PP, que ve una «caza de brujas».

Todo ello durante el debate de una proposición no de ley de Vox para exigir a los sindicatos la publicación de las subvenciones y ayudas recibidas, así como el sueldo de sus altos cargos.

En su intervención, la diputada Rocío de Meer ha relacionado a estas organizaciones con la corrupción y la delincuencia, y les ha acusado de «blanquear la inmigración masiva para tener mano de obra esclavo», atendiendo los intereses de «la patronal y el Banco Mundial» ante la necesidad de «miles de personas de otros continentes para el sostenimiento de sus economías».

«MÁS EJEMPLO Y MENOS MONSERGAS»

Para Inmaculada Oria, diputada del PSOE, la propuesta forma parte de una «campaña de desprestigio», recordando a Vox que el Tribunal de Cuentas señaló irregularidades en su formación y que cuenta con un diputado inhabilitado por administrar bienes ajenos y otro condenado por impago de impuestos.

También ha censurado el tono empleado el portavoz laboral del PP, Diego Movellán, que aunque considera que «tiene sentido» que las organizaciones sindicales rindan cuentas, ha rechazado las acusaciones generalizadas a las organizaciones: «No nos van a encontrar en cazas de brujas», ha dicho.

«Más ejemplo y menos monsergas y lecciones», ha dicho Joan Baldoví (Compromís), tras recordar la financiación de la oposición iraní de Vox, al igual que lo ha hecho María Muñoz, de Cs, en un intento de que Vox aceptara una enmienda para obligar a los partidos a revelar su financiación por «agentes extranjeros».

LOS SINDICATOS REPRESENTAN A TODOS Y POR ESO TIENEN AYUDAS

El portavoz laboral de ERC, Jordi Salvador, ha replicado que las organizaciones sindicales rinden cuenta de toda subvención recibida y que estas no son sino compensaciones por el trabajo que hacen «para el bien común», ya que toda mejora negociada es para el conjunto de la clase trabajadora, esté afiliada o no.

Oskar Matute, de EH-Bildu, ha destacado cómo el sindicato apadrinado por Vox, Solidaridad, no vota su comisión de garantías y el único órgano de control está controlado por su secretario general. «Eso es un chiringuito, no un sindicato», ha espetado, situándola como «una réplica triste» y «farsa del sindicato vertical» franquista.

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