Vox presenta mañana la quinta moción de censura de la democracia, que podría debatirse la semana del 12 de octubre
El cartel electoral a la Generalitat presentará al candidato Abascal, como Irene Montero hizo con Pablo Iglesias y Ábalos con Sánchez
El presidente de Vox, Santiago Abascal, presentará este martes en el Congreso la que será la quinta moción de censura de la reciente historia democrática, que podría debatirse la semana del 12 de octubre. De las cuatro debatidas hasta la fecha todas menos la encabezada por el ahora presidente del Gobierno Pedro Sánchez, fracasaron y todo apunta a que la de Vox seguirá la misma estela.
A finales del pasado mes de julio, aprovechando el debate en el Pleno de la Cámara sobre el Fondo de Reestructuración Europeo, el presidente de Vox anunció que registraría en septiembre una moción de censura contra Sánchez en un discurso en el que cargó contra el Gobierno «ilegítimo» y «comunista» de Sánchez por ser el artífice, dijo, de una gestión «vergonzosa» de la pandemia del coronavirus.
Este anuncio provocó las burlas de Sánchez, que preguntó a Abascal las razones por las que no presentaba ya en agosto su moción de censura si tanta prisa corría salvar a España. «¿Qué pasa, que se va de vacaciones?», planteó el jefe del Ejecutivo.
NO SE ENCONTRÓ UN «CANDIDATO DE CONSENSO»
Vox explicó que iba a buscar un «candidato de consenso» para liderar la moción de censura e incluso algunos de sus dirigentes aseguraron haber encontrado «enorme comprensión» en exdirigentes del PP y PSOE, aunque en privado. Al final, esos intentos no han fructificado y será el propio Abascal quien encabece la moción contra el Ejecutivo que comparten el PSOE y Unidas Podemos.
Asimismo, el diputado por Barcelona y candidato del partido a las futuras elecciones en Cataluña, Ignacio Garriga, será el encargado de defender la presentación de la moción de censura en el Pleno del Congreso.
En la moción de censura liderada en 2018 por Sánchez fue el secretario general del PSOE y ahora ministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien subió a la tribuna a exponer las razones que la motivaban, y la número dos de Podemos y actualmente titular de Igualdad, Irene Montero, quien hizo lo propio en 2017 con la protagonizada por Pablo Iglesias.
Tras la presentación del escrito justificando la moción de censura, el texto pasará a manos de la Mesa del Congreso para su calificación y será enviado tanto al presidente del Gobierno como a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios.
LOS PLAZOS
A partir de ahí se abrirá un plazo de dos días para dar la oportunidad de presentar mociones con candidatos alternativos, para las que se exigen los mismos requisitos y que, en su caso, se debatirán conjuntamente. Para dar tiempo a este proceso, la votación de la moción o mociones de censura no podrá tener lugar antes de cinco días desde la presentación del primer escrito.
Así las cosas, fuentes parlamentarias calculan que la moción de censura podría debatirse en el Pleno del Congreso la semana del 12 de octubre.
La legislación establece que la moción de censura es un instrumento que sirve para formalizar la exigencia de responsabilidades políticas al Gobierno y que tiene una serie de normas: para presentarse requiere la firma de al menos una décima parte del Congreso (35 diputados) y el nombre de un candidato a la Presidencia, y para triunfar es preciso sumar la mayoría absoluta (176 votos).
Una cifra ésta que está lejos de alcanzar debido a la falta de apoyos de formaciones como el PP o Ciudadanos, además de los partidos del llamado bloque de la investidura que permitieron mantener a Sánchez en La Moncloa.
En el PP, Pablo Casado considera que esta iniciativa solo va a contribuir a «reforzar» a Sánchez al frente del Ejecutivo y «aglutinar a su mayoría frankenstein de la investidura», mientras que en Ciudadanos vienen defendiendo que se trata de «una campaña de marketing puro y duro» que costará dinero a los españoles, restará credibilidad a España y no servirá para cambiar al Gobierno.
LOS PRECEDENTES
La primera moción de censura de la democracia tuvo lugar en 1980, cuando el PSOE presentó una contra Adolfo Suárez, y, la segunda, llegó siete años después, en 1987, cuando Alianza Popular hizo lo propio contra Felipe González. Ninguna de las dos prosperó, como tampoco lo hizo la que, 20 años más tarde, impulsó Pablo Iglesias en 2017.
En concreto, en 1980, Felipe González logró el respaldo de 152 diputados (socialistas, comunistas, andalucistas y tres representantes del Grupo Mixto), frente al rechazo de 166 y la abstención de otros 21 –en la sesión se registraron 11 ausencias–. Es decir, el PSOE se quedó a 24 votos de conseguir la aprobación de la moción de censura.
Más lejos de la mayoría se quedó la moción de censura presentada por Alianza Popular contra Felipe González en 1987. El candidato de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, que no era diputado como ahora ocurre con Pedro Sánchez, cosechó el voto favorable de 66 diputados (Alianza Popular y Unión Valenciana), mientras que 195 votaron en contra (PSOE, Izquierda Unida y nacionalistas vascos) y 71 se abstuvieron (representantes de CDS y CiU, entre otros).
La tercera moción de censura, la de Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy, celebrada en junio de 2017, también fue rechazada por 170 votos en contra (PP, Ciudadanos, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria), 82 a favor (Unidos Podemos, ERC, Compromís y EH Bildu) y 97 abstenciones (PSOE, PDeCAT, PNV y Nueva Canarias).
La última moción, la que permitió a Sánchez acceder a La Moncloa en junio de 2018, fue la única que prosperó al reunir 180 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, ERC, PDeCAT, PNV, Compromís, Bildu y Nueva Canarias) 169 en contra (PP, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias) y 1 abstención, la de Coalición Canaria.