Vox defiende que actuó de buena fe con Revuelta y deja el futuro de sus dirigentes en manos de la Justicia


Vox sostiene que actuó de buena fe al ofrecer ayuda a Revuelta para comprobar que la fiscalidad de las donaciones recibidas para las víctimas de la dana era correcta y deja el futuro de los dirigentes díscolos de la organización juvenil en manos de la justicia.

Revuelta, de ideología afín a Vox, está en el ojo del huracán por la denuncia que el exvicepresidente de la organización y asesor de Vox en Bruselas, Arturo Villarroya, presentó ante la Fiscalía por presunto desvío de donaciones destinadas a paliar los efectos de la dana tras exigir las cuentas al presidente de Revuelta, Jaime Hernández, y que no le fueran facilitadas.

De su lado, la organización juvenil, responsable de las protestas contra la amnistía ante la sede nacional del PSOE en Ferraz, niega las «irregularidades» y acusa a la dirección nacional de Vox de «inventárselas» para «intervenir» la asociación. Los de Santiago Abascal reconocen vínculos ideológicos y personales, pero insisten en que Revuelta no depende orgánicamente de la formación.

Fuentes de la dirección de Vox admiten la celebración de varios encuentros entre la secretaria general adjunta del partido, Montse Lluís, y el líder de la delegación en Bruselas, Jorge Buxadé, con el secretario general de Revuelta, Pablo González Gasca, que también trabaja para Vox en labores de marketing digital. En esos encuentros, el partido ofreció su ayuda para regular la situación administrativa de la asociación y la fiscalidad de las donaciones de la dana.

Las fuentes explican que fueron conocedoras de que Revuelta no estaba constituida como tal sino que operaba a través de una empresa pantalla llamada Asoma (Asociación Social de Mayores) por los propios dirigentes de la organización juvenial y que, a raíz de esta revelación, se interesaron por la fiscalidad del dinero recibido para las víctimas de la tragedia y supieron que este extremo tampoco se estaba haciendo correctamente.

UNA ACTITUD CASI PATERNALISTA

Fue entonces cuando los dirigentes de Vox se acercaron a Hernández, González Gasca y el resto de cabezas de Revuelta para ofrecer su ayuda. La Junta Directiva de Revuelta estaba compuesta por cinco personas: Hernández, González Gasca, Santiago Aneiros, Villarroya y el vocal Javi Esteban. Los dos últimos, también trabajadores de Vox, se marchan porque tampoco pueden ver las cuentas y, para su descargo, es cuando denuncian.

La formación achaca los errores de la organización juvenil al desconocimiento y la inexperiencia y matizan que su comportamiento para con ellos era prácticamente «paternalista». Hernández, González Gasca y Santiago Aneiros ofrecieron enseñar las cuentas a cambio de que Vox firmara un acuerdo de confidencialidad que el partido no quiso firmar porque no es capaz de asegurar si hay o no irregularidades fiscales. Los tres dirigentes de Revuelta se empeñan en su posición y rechazan el auxilio de Vox y mostrar la contabilidad.

La fuentes de la dirección consultadas también trasladan la absoluta confianza que Santiago Abascal tiene en Lluís y Buxadé, y alaban la gestión de la situación por parte de ambos. A partir de ahora, el futuro de los dirigentes de Revuelta queda en manos de la justicia, sostienen. «Que se dirima donde se tenga que dirimir y que los responsables den explicaciones», zanjan desde la formación.

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