Vivesoy obtiene el sello Origen garantizado de AENOR por la procedencia española de sus materias primas
Pascual relanza esta marca con una nueva imagen
La marca de bebidas vegetales de Pascual Vivesoy ha obtenido el sello AENOR Origen garantizado en reconocimiento de la procedencia española de sus materias primas –soja, avena, almendras, avellanas y nueces–.
La compañía ha destacado que la totalidad de su cultivo es local y ha incidido en su «compromiso con la industria agroalimentaria española y con la producción sostenible y de proximidad» y, para su director del Negocio Lácteo y Bebidas Vegetales, Javier Peña, el certificado demuestra «la preocupación de Pascual por la sostenibilidad de sus productos, ya que fomentamos el abastecimiento y la producción nacional, apostamos por el desarrollo de nuestro entorno rural y reducimos nuestro impacto ambiental, garantizando además la mejor calidad y sabor en los productos».
Además, para Daniel Sánchez-Patón, director de Calidad y Medioambiente, el sello supone «un compromiso de Pascual con la transparencia en la información al consumidor». «Es la cristalización de un trabajo a lo largo de los años con nuestros proveedores para dar respuesta a una demanda creciente entre nuestros consumidores, que busca productos sostenibles y de proximidad», ha defendido.
Para la obtención y el mantenimiento de este sello, Pascual cumple con el estándar de la entidad certificadora, con auditorías anuales de todas sus plantas y de sus proveedores. El sistema de la compañía asegura la procedencia y la custodia de las materias primas desde el campo hasta la planta de envasado, ha defendido Sánchez-Patón.
Por su parte, el director de Marketing Sectorial y de Producto de AENOR, Javier Mejía, ha recordado que con el sello «los consumidores obtienen una garantía adicional de la calidad de sus productos».
RELANZAMIENTO DE LA MARCA
Pascual quiere impulsar de esta manera el relanzamiento de su marca, a la que ha dado una nueva imagen, en un mercado, el de las bebidas vegetales, que crece cada año en volumen de ventas y que en 2020 ya superó los 300 millones de euros.
Ese crecimiento se ha visto acelerado durante la pandemia gracias a una tendencia de los consumidores a buscar alternativas alimenticias cada vez más saludables y de buen sabor, «de marcas cada vez más comprometidas con su entorno y que produzcan de manera responsable con la sociedad y el medioambiente», señala la compañía.
«CONFIANZA Y LARGO PLAZO»
Pascual incide en que la obtención del sello de AENOR tiene su origen en el trabajo que desde 2005 realiza de la mano de agricultores locales, «una relación basada en la confianza, la profesionalidad y el largo plazo», en palabras de Pablo Redondo, responsable de Compras Agro de Pascual, que hace que más del 95% de los agricultores que trabajan con Pascual repiten cultivo al año siguiente con la empresa.
«Trabajamos muy cerca de ellos asesorándoles y ofreciéndoles un seguimiento técnico continuado, lo cual redunda en unos cultivos más eficientes, rentables y de la más alta calidad. Además, conseguimos fomentar la economía local y el producto de cercanía, dando continuidad al trabajo de agricultores y empresas asentadas en el medio rural», ha incidido Redondo.
En este sentido, en 2005 Pascual recuperó el cultivo de soja en España, prácticamente extinguido y subraya que el 100% de la soja que se produce para consumo humano en España proviene de cultivos promovidos por la compañía.
Actualmente, Pascual trabaja con 136 agricultores de soja locales (a través de contratos directos previos a la siembra), alcanzando cerca de 1.300 hectáreas en Castilla y León, Extremadura, Aragón, Navarra y Cataluña.
A su vez, la compañía trabaja con una veintena de agricultores de avena, abarcando las 500 hectáreas de este cereal de invierno, repartidas entre Castilla y León, Navarra, País Vasco y Aragón.