Virginia Maestro presenta Del Sur este lunes en Santander

«Canto para conectar conmigo y así conectar con la gente», afirma la compositora en una entrevista a Europa Press

MADRID/

Virginia Maestro (Linares, 1982) presenta Del Sur , su quinto disco, este lunes 21 de octubre, en los cines Groucho de Santander, dentro de la cuarta edición del ciclo Cajas de Música que organiza Los Huesos de Portobello.

La cantante y compositora, ganadora de la sexta edición de Operación Triunfo (OT) en 2008, recala en Santander con el Del Sur Tour , que le llevará a continuación a Sevilla (26 de octubre, Riofest), Huelva (3 de noviembre), Córdoba (8 de noviembre), Baeza -Jaén- (9 de noviembre), Madrid (16 de noviembre, La Caja de Música), Mairena de Aljarafe -Sevilla- (22 de noviembre), Priego de Córdoba (29 de noviembre), Madrid (1 de diciembre, La Caja de Música) y Cádiz (14 de diciembre).

El álbum está compuesto por 12 canciones propias, la mayoría en castellano con influencias que gravitan entre el Folk, Americana, el New Country y la música popular Latinoamericana.

La grabación del disco tuvo lugar en Nashville (Tennessee, EE.UU.) durante los meses de octubre y noviembre de 2018, bajo la producción de Colin Linden que ha trabajado con artistas de la talla de Bob Dylan, Kevin Gordon o T-Bone Burnett entre muchos otros, además de ser el director musical de la serie de televisión Nashville .

Virginia Maestro ha «cumplido un sueño muy potente que tenía desde hace cinco o seis años». A su encuentro salió cuando viajó por primera vez a Nashville allá por 2015 y ha terminado materializándolo con Del sur , su quinto disco, producido por Colin Linden.

«Estuve en Nashville en 2015 y 2017, tocando y enamorada de ese lugar tan maravilloso. El siguiente paso natural ya era grabar y sucedió sin que yo me propusiera hacerlo», relata a Europa Press la jienense, manteniendo casi aún cierto punto de incredulidad.

Y trata de explicarlo así: «El universo conspiró para ello porque fue Colin quien contactó conmigo. Me dije a mí misma igual esto sí que pasa por algo, igual derrochar energía hacia determinados lugares luego te lo da de vuelta . Pienso que no pasó porque sí».

Es normal que no tenga una explicación tajante, pues Colin Linden ha trabajado con artistas con Bob Dylan, Kevin Gordon, T-Bone Burnett, Lucinda Williams, Rosanne Cash o Emmylou Harris. Una lista de relumbrón de la que ahora también forma parte Virginia Maestro.

«Me pareció increíble que se pusiera a mirar mi cuenta de Twitter y me contactara», confiesa, al tiempo que destaca que ha sido «muy enriquecedor grabar allí con gente que lo lleva en las venas y domina este lenguaje» que ella quería para este álbum».

Y, aún con rubor, recuerda cómo durante la grabación el propio Colin le dijo en un momento dado que su forma de cantar le recordaba a Roseanne Cash. «Me quedé loquísima», concede entre risas, para luego adquirir un tono más solemne: «Nunca he pensado en cantar para alardear de nada, simplemente canto para conectar conmigo y así conectar con la gente».

LA CIUDAD DE LA MÚSICA

Con irrefrenable ilusión apunta la andaluza que durante su primer viaje a Nashville se sintió todo el tiempo como «si estuviera en un parque de atracciones donde podía pasar cualquier cosa». «Como cuando eres cría y te levantas con esa emoción del qué hacemos hoy», bromea.

Según admite, le pasaron «muchas cosas especiales con las que soñaba» porque las buscó, pero también porque allí «la gente se hermana como músicos para tocar y componer los unos con otros». En lugar de competir, en el ambiente reina la hermandad, en definitiva.

De todas estas experiencias nace Del sur , un álbum de «canciones pop bañadas en americana sureña» y que refleja el momento actual de Virginia recién cumplidos los 37 años, con canciones en primera persona y buscando la «sencillez» y la «naturalidad».

Por eso, explica que este Del sur es su «sur andaluz», el que ella recuerda «cantando boleros en casa con siete años» con sus padres, pero también el sur que le ha «llevado hasta Nashville siendo ya una mujer, con todo un recorrido de cosas importantes para compartir».

Ahondando en la idea de la conexión, destaca que era «importante» para ella contarse a sí misma «ciertas cosas» y enfrentarse al «reto» de «mantener cierta estética de este tipo de música cantando en español». «Y que todo sea elegantón y asequible», agrega.

Con el disco ya disponible, opina Virginia que «mola compartir las emociones» que tenemos «más vetadas, como el enfado, la pena, la rabia o la ira, esas que normalmente» nos han enseñado a «no enseñar». Por eso mismo, el disco tiene «como dos partes, empezando por esa y luego ya otra más amable y amorosa».

«Al querer ser muy franca y hacerlo en español -muchos de sus trabajos pasados fueron en inglés- sentí que estaba sacando de mis entrañas muchas historias personales que ni sabía que seguían ahí dentro, de modo que ha sido terapéutico», asegura.

GANADORA DE OT EN 2008

Virginia ganó la sexta edición de Operación Triunfo (OT) el 22 de julio de 2008, imponiéndose a Pablo López como segundo clasificado. Mucho ha llovido desde entonces y nada hacía presagiar entonces que terminara grabando discos en Nashville con productores de renombre y con referencias tan alejadas del universo del pop comercial.

«Cuando no tienes muy claro quien eres o sientes que no estás en el molde que debieras, es como que no te acabas de reconocer en el espejo del todo», señala al echar la vista atrás, para luego añadir: «Durante muchos años era consciente de que estaba en un proceso de transición hacia algún sitio que no sabía cual era».

Tratando de encontrar las palabras precisas, admite que tiene la impresión de que «la gente encuentra su camino mucho antes» que ella, al tiempo que subraya que lleva «once años en la música» porque tiene la «suerte de tener» a su «adorado público», en quien se ha apoyado en sus dos últimos trabajos con campañas de crowdfunding.

«Llevo años pensando en algún momento voy a romper aunque no sé cuando», revela, rememorando además que su debut como Labuat, allá por 2009, fue número 2 en la lista de ventas. Pero entonces confiesa abiertamente: «Lo más parecido que yo he tenido a lo que socialmente se considera éxito fue mi momento de mayor soledad y confusión vital».

«Fue el más amargo de mi vida», prosigue, casi respondiéndose a sí misma sobre la marcha: «Ahora lo gestionaría de otra manera. De todas formas, el éxito social tiene muchas aristas y te puede hacer mucho daño. Yo deseo el éxito en la gira pero no quiero que me conozca nadie por la calle».

Y tras este punto de seriedad, regresa la Virginia más desenfadada: «¿Por qué no me gustará el reguetón? Habría trabajado mogollón y estaríamos ahora en el porche de mi casa en el campo. No hombre, no. Entiendo que mi estilo es una grieta que aún se está rompiendo aquí, pero siento que cada vez hay más público y artistas».

Por eso, afirma tajante que ella va a «seguir aquí» porque la música «es lo que más feliz» le hace y porque, además, aún siendo «consciente de las subidas y bajadas» de su carrera, «al final» ha conseguido mantenerse.

«Lo único que me preocupa es tocar más o tocar menos, que es lo que me viene preocupando mucho más en los últimos años. Me da igual lo que digan, lo que me importa es vender entradas y poder ir a festivales para poder gozármelo en directo», resume.

Ahora que lo ve todo tan claro, asegura que cuando entró en OT tenía una «idea muy romántica del éxito y no sabía tampoco lo que era». Por eso, ahora sentencia que «el éxito en general es feliz y amortizar todo lo posible la felicidad porque no puedes dar por sentado nada».

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