Verdadero Café lanza el primer café producido íntegramente por mujeres y sin intermediarios
Verdadero Café, la empresa coruñesa dedicada al café de especialidad, ha lanzado el primer café en grano cultivado y tostado en origen exclusivamente por mujeres, y sin intermediarios.
La iniciativa busca empoderar a mujeres que hasta ahora estaban relegadas a la recogida de frutos para presentar «una bebida auténtica y que genere valor».
El café, de trato directo, es cultivado por una veintena de mujeres en San Pedro Pinula, Guatemala, que también se encarga de tostarlo en el mismo lugar de origen para Verdadero Café. De este modo se acorta la cadena de suministro habitual en la industria, consiguiendo un café sostenible, que revaloriza a las productoras.
«Aunque las mujeres somos el 70% de la población dedicada al café en el mundo, sólo un 17% llegamos a ocupar mandos intermedios» han explicado desde la cooperativa de mujeres antes de añadir: «En parte, por la desigualdad en los países productores para acceder a préstamos, tecnología y educación».
«Como media, un productor gana 0,04 euros por taza de café», ha apuntado el fundador de Verdadero Café, Gustavo Cascón. Con precios tan volátiles, Cascón reconoce que muchas veces no pueden cubrirse los costes de producción. «Por eso, cambiamos las reglas y trabajamos directamente para tener un café sostenible y que favorezca la igualdad», ha señalado el empresario.
El café resultante de esta zona de Guatemala es un Arábica SHB, cultivado en unas condiciones donde el 90% crece bajo la sombra. Las mujeres cubren todos los procesos: cultivo, beneficio y tueste, todos ellos bajo la supervisión de sus compañeras baristas y maestras tostadoras de café de especialidad.
El café tiene habitualmente 8 paradas en el mercado entre su cultivo, traiders, tueste y empaquetado. «Sin embargo, este café de mujeres es más sostenible porque reduce las paradas a tres: la cooperativa de mujeres que cultiva y tuesta, Verdadero Café que lo trae y la tercera parada eres tú», ha explicado Cascón.
«Es un modelo de valor compartido. La clientela saborea un café increíble y las productoras reciben un precio justo que les permite avanzar y tener una vida digna. Una taza de café sí puede cambiar el mundo», añade.