Vara dice que mientras que un mujer muera por el hecho de serlo quedará «infinito camino» hasta la «verdadera igualdad»
BADAJOZ, 30
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha aseverado que mientras una mujer muera por el «hecho de ser mujer» en la región o en cualquier otro lugar quedará «infinito camino» por recorrer hacia la «verdadera igualdad» de todo el mundo, en este caso, «igualdad ante la vida, igualdad ante la defensa de tu propia integridad».
«Nos quedan tareas muy importantes por lograr. Una de ellas es indiscutiblemente la lucha contra la violencia de género», ha asegurado Fernández Vara este viernes en el discurso de fin de año que ha pronunciado desde la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Extremadura (UEx), en Badajoz, emitido por Canal Extremadura Televisión y recogido por Europa Press.
En este línea, el líder del Ejecutivo regional ha apostado por seguir cambiando cosas, ya que de esa manera se conseguirá «cambiar las mentes», que es realmente, ha dicho, donde está la «verdadera solución del problema».
«Anular de cualquier mente cualquier sensación que tenga que ver con la superioridad que está detrás de lo que significa la violencia de género y la pérdida de tantas vidas, de tantas mujeres, de tantas compatriotas nuestras», ha abundado.
De este modo, Vara ha expresado que le gustaría que en este final de año y en este inicio de uno nuevo la ciudadanía se siguiera acordando de todas las víctimas de violencia de género y tenerlas muy presentes, ya que su recuerdo y su memoria es lo que tiene que hacer «seguir luchando» con todas las fuerzas para «hacer posible los cambios necesarios tanto desde el punto de vista legal, pero sobre todo desde el punto de vista real».
APELA A LA SOLIDARIDAD
Asimismo, el presidente de la Junta de Extremadura ha tenido también palabras de recuerdo para aquellos ciudadanos de cualquier lugar del mundo que no tienen los elementos básicos para poder llevar a cabo una vida digna.
Así, ha manifestado que no se trata solo de ocuparse y preocuparse por aquello que se tiene más cercano, sino también ser consciente de que, como ciudadanos del mundo, se tiene la obligación, y se hace a través de la cooperación al desarrollo, de ayudar a todos aquellos que en este momento atraviesan «muy serias dificultades, porque no tienen para comer, porque no tienen para calentarse o porque no tienen para poder llevar una vida mínimamente digna».
«Desde aquí, una vez más, apelar a la solidaridad como un elemento fundamental y básico de la condición que ostentamos de ciudadanos del mundo», ha concluido.