Urkullu convoca las elecciones el 21 de abril y se despide reivindicando la «dignificación» de la política
El lehendakari dice sentirse «absolutamente apoyado» por el PNV, pese a la decisión de relevarle por Pradales como candidato
VITORIA, 22
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado este jueves la convocatoria de las elecciones vascas para el 21 de abril, a las que no concurrirá como candidato, después de tres mandatos, al haber optado el PNV por presentar como aspirante a Imanol Pradales. Urkullu, que ha asegurado que pese a esta decisión se siente «absolutamente apoyado» por el PNV, ha explicado que en sus doce años al frente del Gobierno Vasco siempre se ha guiado por el objetivo de «dignificar» el ejercicio de la política.
Urkullu ha realizado un repaso a su trayectoria al frente del Gobierno Vasco, y ha reivindicado «el diálogo y el entendimiento» como la clave de la acción política para aportar «estabilidad y puntos de encuentro por el bien de la sociedad».
Tras recordar los «complicados» momentos vividos durante la pandemia y las personas que fallecieron por causa de la covid-19, ha asegurado que siempre ha evitado escudarse en las sucesivas crisis que se han producido durante sus tres mandatos para defender su gestión. «Nunca me he permitido que esta espiral de crisis y dificultades fuera una excusa para no hacer nuestra labor de la mejor manera posible», ha asegurado.
Según ha explicado, no ha pactado con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, la fecha de las elecciones –que ha fijado para el 21 de abril–, aunque ha dicho que sí ha tenido en cuenta la opinión que le trasladaron el dirigente jeltzale , así como Eneko Andueza, el líder del PSE –socio del PNV en el Gobierno Vasco–, respecto a la conveniencia de que no hacer coincidir los comicios vascos con los europeos, que se celebrarán el 9 de junio.
Asimismo, ha recordado que, en principio, la actual legislatura debía acabar en abril, pese a que las anteriores elecciones, celebradas en 2020, se aplazaron al mes de julio por causa de la pandemia. En este sentido, se ha mostrado partidario de «dotar de normalidad» a las convocatorias electorales y que estas se celebren cada cuatro años «como está establecido», salvo que existan «circunstancias extraordinarias».
De esa forma, ha sostenido que, por una cuestión de plazos y de calendario festivo, «la última fecha disponible» para evitar que los comicios vascos coincidieran con los europeos era el 21 de abril, puesto que si se demoraban una semana más, coincidían, en el caso del territorio alavés, con el puente festivo de San Prudencio.
Respecto a la propuesta de Ortuzar y Andueza para que las elecciones vascas no coincidieran con las europeas, ha indicado que ambos dirigentes le plantearon la conveniencia de evitar una coincidencia de ese tipo para que en los comicios vascos «pudiéramos hablar de las cosas que afectan exclusivamente a Euskadi».
También ha respondido a preguntas acerca de lo que supuso para él la decisión del PNV de relevarle por Imanol Pradales como candidato a las próximas elecciones autonómicas. Tras definirse como «hombre de partido» y recordar que ha tenido responsabilidades «a todos los niveles» en la formación jeltzale , ha reiterado que el PNV «era libre de adoptar la decisión que estimara mejor para el futuro». «No hay nada más que decir», ha aseverado, para precisar a continuación que se siente «absolutamente apoyado» por el PNV.
Urkullu ha rechazado que la apuesta por la «institucionalidad» que ha caracterizado su perfil durante los últimos doce años haya supuesto «alejamiento» alguno entre él y el PNV. «No estoy alejado del partido, en absoluto; ni creo que el partido está alejado de mí», ha añadido.
De hecho, ha afirmado que la «bicefalia» entre un líder con perfil institucional y otro más político, sobre la que ha afirmado que hasta ahora era «un modelo exclusivo» del PNV, ahora se está extendiendo a «cada vez más» formaciones políticas.
A su vez, se ha referido a su relación con el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, al que comunicará su decisión de convocar las elecciones vascas para el 21 de julio, tal y como ya ha hecho con la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria.
Ha reconocido que «en este último tramo» de legislatura su relación con el líder del Ejecutivo español ha sido «bastante más epistolar que lo que haya podido ser una relación cara a cara entre ambos».
Dicho esto, ha recordado que no fue él quién planteó la necesidad de celebrar un encuentro entre ambos «en un plazo de seis meses», sino que esta cuestión forma parte de los acuerdos entre el PSOE y el PNV. En todo caso, ha indicado que «el presidente del Gobierno español sabe que siempre» está a disposición.
En su intervención, Urkullu también ha hecho un breve balance de la coalición de PNV y el PSE-EE en el Gobierno autonómico. «Superando nuestras diferencias, y siempre a través de la discreción y el acuerdo, tanto el Partido Nacionalista Vasco como el Partido Socialista de Euskadi hemos compartido estrategia y objetivos de país, con la defensa de los intereses de Euskadi por encima de todo», ha valorado.
De esa forma, ha destacado los «avances» logrados en el autogobierno, con la consecución de once nuevas competencias y la asunción del Gobierno español, «por primera vez», del «compromiso de culminar» el Estatuto de Autonomía de Gernika.
No obstante, ha reconocido que aún quedan compromisos por cumplir en materia de traspasos competenciales por parte del Ejecutivo central. De esa forma, ha explicado que seguirá trabajando «hasta el último día» para que se materialicen las transferencias comprometidas.
«En este momento tenemos una base suficiente como para tener esperanza de que se cumpla con las tres materias que tenemos sobre la mesa», ha afirmado, en referencia a los traspasos de ferrocarriles de cercanías; la homologación de los títulos universitarios; y ciertas competencias relacionadas con inmigración.
Ha precisado que en esta ocasión, «y a diferencia de lo que pudiera haber sido en ocasiones anteriores», se está trabajando en «un mejor clima que lo que veníamos haciéndolo» hasta ahora. Por todo ello, se ha mostrado «esperanzado» de que se puedan cumplir los compromisos asumidos por el Gobierno central y el PSOE en sus acuerdos con el PNV.
También ha aludido en el repaso a sus años de mandato al final del terrorismo de ETA –la banda anunció el final del terrorismo en 2011 aunque no se disolvió hasta 2018–. «Hemos dejado atrás la pesadilla del terrorismo y la violencia; vivimos sin la barbarie, sin ver hijas e hijos llorando porque están enterrando a su madre o a su padre», ha manifestado.
Urkullu ha lamentado que todo esto se produce «con muchas décadas de retraso», y ha advertido de que «todavía queda mucho por hacer para que nunca vuelva a germinar el odio y la violencia en nuestro pueblo». El lehendakari, que ha dedicado un recuerdo a «todas las víctimas del terrorismo y la violencia», ha denunciado que en Euskadi se padeció «una injusticia que jamás se debió producir y que nunca más se debería repetir».
El máximo responsable del Gobierno Vasco ha manifestado que supone «un honor» dejar una Euskadi «más avanzada y más justa a quienes nos sucederán», y ha reafirmado su compromiso con los valores de «respeto, cohesión y convivencia».
En un plano más concreto, ha destacado como otro «hito» de sus años de mandato: la reducción de la tasa de paro «en un contexto de crisis y guerras»; así como el «equilibrio social» y la «fortaleza económica e industrial». Asimismo, ha aseverado que Euskadi parte de una situación de «fortaleza» para «seguir mejorando» los servicios públicos.
En su despedida como lehendakari, Urkullu ha pedido «perdón» por los errores que haya podido cometer, y ha explicado que siempre ha actuado guiado por el objetivo de lograr «lo que sinceramente creía mejor para nuestra sociedad».