Unos 55 millones de personas tendrán dificultades para alimentarse este verano en el centro y oeste de África
La situación es especialmente preocupante en Malí, donde miles de personas están en riesgo de hambruna
Cerca de 55 millones de personas en África Occidental y Central tendrán dificultades para alimentarse entre los próximos meses de junio y agosto a medida que se agrava la situación alimentaria en medio de los conflictos persistentes y los problemas económicos, según ha alertado este viernes el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El análisis de seguridad alimentaria Cadre Harmonisé publicado por el Comité Permanente Interestatal de Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS) indica que esta cifra supone que cuatro millones de personas más se encuentran ahora ante la inseguridad alimentaria en comparación con los datos recabados en noviembre de 2023, lo que pone de relieve una tendencia al alza.
La situación es especialmente preocupante en el norte de Malí, gravemente afectado por el conflicto, donde se calcula que 2.600 personas podrían sufrir «hambre catastrófica», según ha indicado el PMA en eun comunicado. Los últimos datos también revelan un cambio significativo en los factores que impulsan la inseguridad alimentaria en la región, más allá de los conflictos recurrentes.
Los problemas económicos, como la devaluación de la moneda, el aumento de la inflación, el estancamiento de la producción y las barreras comerciales, han agravado la crisis alimentaria, afectando a los ciudadanos de a pie de toda la región, siendo Nigeria, Ghana, Sierra Leona y Malí los más afectados.
Los precios de los principales cereales básicos siguen subiendo en toda la región entre un 10 por ciento y más de un 100 por ciento en comparación con la media de cinco años, impulsados por la inflación monetaria, los costes del combustible y el transporte, las sanciones de la Comisión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y las restricciones a los flujos de productos agrarios. La inflación monetaria es uno de los principales motores de la volatilidad de los precios en Ghana (23 por ciento), Nigeria (30 por ciento), Sierra Leona (54 por ciento), Liberia (10 por ciento) y Gambia (16 por ciento).
El PMA ha señalado así que África Occidental y Central siguen dependiendo en gran medida de las importaciones para satisfacer las necesidades alimentarias de la población. Aún así, la factura de las importaciones sigue aumentando debido a la depreciación de la moneda y a la elevada inflación, incluso cuando los países luchan contra importantes restricciones fiscales y retos macroeconómicos.
CAE LA PRODUCCIÓN DE CEREALES
La producción de cereales para la campaña agrícola 2023-2024 arroja un déficit de 12 millones de toneladas, mientras que la disponibilidad per cápita de cereales se reduce en un dos por ciento en comparación con la última campaña agrícola, según el documento.
«El momento de actuar es ahora. Necesitamos que todos los socios den un paso al frente, se comprometan, adopten y pongan en marcha programas innovadores para evitar que la situación se descontrole, garantizando al mismo tiempo que nadie se quede atrás», ha afirmado Margot Vandervelden, directora regional en funciones del PMA para África Occidental. «Tenemos que invertir más en el fomento de la resiliencia y en soluciones a largo plazo para el futuro de África Occidental», ha manifestado.
La desnutrición en estas regiones es significativamente alta, con 16,7 millones de niños menores de cinco años con desnutrición aguda y más de 2 de cada 3 hogares que no pueden permitirse una dieta sana. Además, 8 de cada 10 niños de 6 a 23 meses no consumen el mínimo de alimentos necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos.
Los altos precios de los alimentos, el acceso limitado a la atención sanitaria y las dietas inadecuadas provocan principalmente malnutrición aguda en niños menores de 5 años, adolescentes y mujeres embarazadas. En algunas zonas del norte de Nigeria, la prevalencia de la desnutrición aguda en mujeres de 15 a 49 años alcanza el 31 por ciento.
«Para que los niños de la región alcancen su pleno potencial, tenemos que garantizar que cada niño y cada niña reciba una buena nutrición y cuidados, viva en un entorno sano y seguro, y tenga las oportunidades de aprendizaje adecuadas», ha señalado Gilles Fagninou, director regional de UNICEF.
«Una buena nutrición en los primeros años de vida y en la infancia es la promesa de una mano de obra productiva y educada para la sociedad del mañana. Para marcar una diferencia duradera en la vida de los niños, debemos considerar la situación del niño en su conjunto y reforzar los sistemas de educación, salud, agua y saneamiento, alimentación y protección social», ha explicado.