Uno de los acusados de golpear a otro niega la agresión y señala a un amigo de la víctima
El herido asegura que uno de los procesados le pegó «de frente», con algo «de hierro en la cara», aunque no pudo ver con qué objeto
Uno de los dos hombres acusados de golpear a otro con la tapa de una alcantarilla a la salida de un pub de Santander ha negado la agresión al asegurar que no «tocaron» dicho objeto -de hierro forjado- ni tampoco a la víctima o a sus amigos.
Es más, ha apuntado a uno de estos últimos como posible responsable de las graves lesiones -con deformidad, en la cara- que sufrió el agredido, que ha responsabilizado a su vez a uno de los procesados: el que ha dicho no acordarse de «nada» dado el estado de embriaguez en que se encontraba.
Así se han manifestado los tres en el juicio celebrado este miércoles en la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que la fiscal ha ratificado los cinco años de prisión solicitados para cada uno de los enjuiciados, en tanto que la defensa ha insistido en la libre absolución de sus patrocinados.
No obstante, esta última parte ha introducido como conclusión alternativa, en caso de sentencia condenatoria, la petición de un año y seis meses de cárcel a uno de sus clientes -el señalado en la vista- como autor de las lesiones, y que se apliquen las atenuantes de embriaguez (muy cualificada, al ser «notoria y evidente») y de dilaciones indebidas, pues la causa ha estado «más de un año» paralizada por «dejadez» del denunciante.
Los hechos, enjuiciados en la Sección Primera, ocurrieron hace casi tres años, sobre las cuatro y media de la madrugada del 16 de junio de 2019, a la salida del local, en la calle Faustino Cavadas. Según la Fiscalía, los dos acusados, un rumano y un moldavo, agredieron a un compatriota de este último, que entonces tenía 20 años y para el que también reclama más de 97.000 euros de indemnización por los daños y secuelas, pues sufrió una fractura facial compleja.
Pero uno de los encausados -que ha declarado con ayuda de intérprete- ha manifestado que no se acuerda de lo que sucedió esa noche debido a que había bebido «gran cantidad» de alcohol. Aún así, en el derecho a la última palabra, ha expresado que no se considera «capaz» de agredir a una persona y causar esas lesiones, ni siquiera -ha precisado- de «insultar» a alguien. «No entiendo por qué he llegado hasta aquí», ha confesado.
Y el otro procesado ha relatado que ese día salieron de fiesta los dos solos. Empezaron bebiendo «bastante» en casa de su amigo, hasta el punto de que estaban «afectados» por el alcohol. De allí fueron al establecimiento donde se desencadenó la pelea y posterior agresión.
De acuerdo con su versión, todo empezó dentro del pub, cuando él se acercó a hablar con una chica, algo que a la víctima y sus amigos -cuatro en total- no les pareció «bien», por lo que empezaron a discutir y forcejear, mientras recibían amenazas: «Salid fuera, os vamos a pegar», ha rememorado que les decían.
A continuación, ha proseguido, el portero del local echó a los integrantes del otro grupo, mientras él llamó a su padre para que fuera a recogerles pues tenía «miedo» de que les pegaran, extremo que se produjo cuando salieron al exterior. «Intentamos huir de ellos y no podíamos», ha aseverado, a la par que ha negado posibilidades de defenderse: «Estábamos más en el suelo que de pie».
En este punto, ha señalado a uno de los miembros del bando contrario como el responsable de coger la tapa de la alcantarilla y girarla haciendo círculos. «Parecía un helicóptero», ha comparado.
Por eso cree que ese chico pudo «tocar perfectamente» al que sufrió las lesiones con deformidad en la cara, y considera igualmente que fue quien les agredió, a él y a su amigo, que también fueron atendidos en el Hospital Valdecilla.
LA VÍCTIMA: ME PEGARON DE FRENTE CON ALGO DE HIERRO EN LA CARA
Sin embargo, la víctima ha dicho que tiene «claro» que fue uno de los dos enjuiciados -el que ha dicho no acordarse de nada- quien le golpeó «con algo de hierro», pero sin ver con qué. «Yo no he golpeado a ninguno. No les conocía de antes ni había tenido ningún problema».
Al respecto, ha indicado que todo comenzó cuando estaban dentro del pub, él con sus amigos en una «esquina» de la barra bebiendo «cervezas» y los procesados en el otro extremo, y al parecer por «mirar» hacia ellos.
La víctima ha aseverado que los enjuiciados -a los que ha reconocido en la vista, después de haber hecho lo propio en fase de instrucción y a través de perfiles de una red social- cogieron una copa para golpearles. Y en ese momento uno de sus amigos puso la mano y se cortó con el vaso, tras lo cual surgieron empujones y forcejeos, en los que él solo intervino para «separar».
Ante esto, el portero expulsó a los dos enjuiciados, en tanto que el agredido y sus acompañantes salieron cuando terminaron sus consumiciones, unos diez minutos después. Una vez fuera, y cuando no había pasado «ni un minuto», uno de los acusados le pegó «de frente», con algo «de hierro en la cara», aunque no pudo ver con qué. A continuación, cayó al suelo y no recuerda nada más.
Sufrió una fractura facial compleja, que afectó a múltiples huesos y fragmentos, y para su curación precisó ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos e intubación, así como diversas intervenciones quirúrgicas y materiales (placas y tornillos, injertos óseos -del cráneo- o férulas), además de rehabilitación.
Todo ello le supuso un total de 448 días de perjuicio, entre básico y muy grave, y le quedaron distintas secuelas, anatomo-funcionales y estéticas, como hundimiento y desviación del tabique y huesos nasales.
La forense considera las lesiones compatibles con una «traumatismo de alta energía», producido por un golpe «contundente» con un objeto «pesado» o una caída desde una gran altura, algo que no «quedaba claro» en los informes médicos. Sobre el suyo de alta, esta perito ha achacado la fecha -agosto de 2021- a que citó «varias veces» al perjudicado sin que fuera localizado.
EL PADRE DE UN ACUSADO TAMBIÉN SEÑALA A UN AMIGO DE LA VÍCTIMA
La prueba testifical ha comenzado con el padre de uno de los acusados, propuesto al inicio de la vista por la defensa, y que ha corroborado que su hijo le llamó para que fuera a buscarle al pub.
Al llegar, vio «de lejos» cómo estaban «pegando» y dando «patadas» a los denunciados, que yacían «en el suelo». Y ha señalado igualmente a otro del grupo contrario, con camiseta roja, y que según ha dicho tenía un objeto en la mano con el que hacía círculos. También le observó tirarlo hasta quedar «casi debajo de un coche».
Por su parte, los policías nacionales que intervinieron han considerado que «lo más llamativo» al llegar al lugar era el chico que ya «a simple vista» presentaba una lesión «bastante importante» en la cara, que estaba como «deformada» y «plana».
Han añadido que los dos acusados también tenían golpes, uno de ellos una brecha por la que sangraba «de forma abundante», y que era «evidente» que habían bebido alcohol.
Y uno de los efectivos citados ha asegurado que ambos procesados reconocieron ser los autores de la agresión, y a su juicio está «bastante claro» que fue con la tapa de la alcantarilla por su «proximidad» al lugar.
«BAGAJE PROBATORIO ESCASO, POR NO DECIR NULO»
Practicas todas las pruebas, la fiscal entiende acreditadas la gravedad de las lesiones y la autoría de las mismas, y en su opinión son responsables los dos procesados porque ambos -ha argumentado- decidieron la pelea, intervinieron en ella y se dieron cobertura, con independencia de que solo uno de ellos ejecutara los golpes.
Sin embargo, la defensa discute la autoría, más cuando es «obvio» que uno de ellos «en ningún momento agrede» a la víctima, y cree que tampoco cabe en este caso que sea coautor.
Y también pide la absolución del segundo procesado por falta de una acusación «creíble y persistente» tras una instrucción «pésima» y «un bagaje probatorio de la fiscal escaso, por no decir nulo».