UNICEF denuncia la «gran crisis humanitaria» que vive Mozambique y alerta de que será «de larga duración»
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado este martes «la gran crisis humanitaria y probablemente de larga duración» que vive Mozambique a causa del recrudecimiento del conflicto en la provincia Cabo Verde, en el norte del país.
El director de programas de Emergencia de UNICEF, Manuel Fontaine, ha compartido esta conclusión después de varios días de reunión con familias y autoridades en distintos puntos del país africano en las que ha comprobado que «un tercio de la población se encuentra desplazada en estos momentos».
«Tenemos cifras muy preocupantes sobre desnutrición que estamos empezando a recibir de las encuestas SMART que se han hecho», ha compartido el director de UNICEF, a lo que ha añadido que estas cifras sobre todo preocupan «entre las poblaciones de desplazados internos en las comunidades de acogida, donde hay una prevalencia de la desnutrición aguda grave de hasta un 3,8 por ciento y una tasa de desnutrición aguda general de casi el 13 por ciento, que es bastante alta».
Al problema de la desnutrición se suman «los casos de cólera» y «la crisis de protección y seguridad». «Hasta el momento, por ejemplo, hemos identificado a más de 200, unos 220 niños y niñas que se han visto separados de sus padres, pero desde luego que hay más», ha precisado Fontaine.
Según datos de la ONU, casi 12.800 personas –el 43 por ciento niños– han llegado a los distritos de Nangade, Mueda, Montepuez y Pemba tras la violencia Cabo Verde, en el norte del país, aunque se espera que muchas más sigan desplazándose en busca de seguridad y asistencia.
UNICEF ha demandado la necesidad «urgente» de ayuda para continuar con su labor de protección y acceso a los niños separados de sus familias. «Recuerdo a un adolescente que vio cómo mataban a su madre en el campo y tuvo que huir y su padre estaba en otra parte de la ciudad y, desde entonces, no hay noticias», ha relatado Fontaine.
La provincia de Cabo Delgado es escenario desde octubre de 2017 de ataques obra de milicianos islamistas conocidos como Al Shabaab, sin relación con el grupo homónimo que opera en Somalia y que mantiene lazos con Al Qaeda. Desde mediados de 2019 han sido reivindicados en su mayoría por ISCA, que ha recrudecido sus acciones desde marzo de 2020.