Una psicóloga destaca que el vínculo emocional es clave en los cuidados paliativos de Alzheimer
La psicóloga social de la Sociedad Española de Psicología Paliativa (SEPP-Psicopalis) Soraya Pérez ha resaltado que el vínculo emocional es clave en los cuidados paliativos de Alzheimer «tanto para la persona con la enfermedad como para la persona cuidadora».
Así se ha mostrado Pérez durante el segundo webinar de la serie de sesiones en las que se tratan los cuidados paliativos en el abordaje del Alzheimer y otras demencias organizado por la Confederación Española de Alzheimer y Otras Demencias (CEAFA), y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL).
Pérez ha afirmado que el Alzheimer no solo transforma la vida de quien lo padece, sino también la de quienes le rodean. «Más allá del deterioro cognitivo, la necesidad de cuidado se convierte en un eje central de la experiencia emocional tanto para la persona con la enfermedad como para su cuidador. El cuidado es un vínculo entre dos personas en el que ambas se tienen que comprender», ha apuntado.
Durante el webinar también se ha abordado cómo se vive este vínculo, qué significados adquiere el cuidado desde ambas perspectivas y cómo, a pesar de los desafíos, pueden surgir espacios de conexión, afecto y sentido compartido. «Cuidar es estar atentos a lo que le pasa el otro, pero también a lo que nos pasa a nosotros mismos», comenta la experta.
EL DEBER DE CUIDADO
Para la psicóloga, el deber del cuidado se convierte en un acto de resistencia: «Preservar juntos su historia, su dignidad y los lazos que la unen al mundo. Porque, al final, no son los recuerdos los que definen a alguien, sino el amor con el que vive y es acompañado».
«A veces cuando uno cuida y la otra persona no puede comunicarse cuesta mucho, pero al final, debes dejar que siga siendo uno mismo. A veces es difícil porque el paciente no controla y surge el sentimiento de protección, pero hay que dejar que siga siendo esa persona», ha añadido.
Por último, la ponente también ha señalado las dificultades emocionales que pueden aparecer, así como los aportes mutuos en la relación de cuidado. «En las primeras fases es importante establecer calma. Cuidar significa pensar y pensar conlleva parar. Por ello, es importante pararse a pensar y hablar mucho de lo que nos está pasando por dentro. Así habrá comunicación con la persona diagnosticada y se puede planificar cómo afrontar la incertidumbre», ha finalizado.