Una nueva escala de resonancia podría ofrecer un mejor diagnóstico radiológico de la enfermedad de Ménière
Una nueva investigación de la Clínica Universidad de Navarra ha propuesto una nueva escala de resonancia que ofrece un mejor diagnóstico radiológico de la enfermedad de Ménière.
Esta ha sido la conclusión de la tesis doctoral del radiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Víctor Suárez, publicada en el Journal of Clinical Medicine en un artículo interdisciplinar firmado por seis especialistas de Radiología y Otorrinolaringología de las dos sedes de la Clínica.
Después de analizar y segmentar tanto el volumen del oído interno como el de la endolinfa, líquido que llena el laberinto membranoso del oído interno, de pacientes con esta patología crónica, el trabajo propone una valoración que relaciona el porcentaje de vestíbulo ocupado por el volumen de endolinfa para concluir que los índices mayores del 60 por ciento prevén una enfermedad significativa, mientras que los valores por debajo del 30 por ciento representarían una afectación leve.
Este veredicto radiológico, que hasta ahora era más cualitativo que cuantitativo y evaluaba los grados de afectación en nada, leve, moderado o severo, afina la utilidad de la imagen médica para el diagnóstico clínico al que se enfrentan los otorrinolaringólogos.
La tradición médica considera que la causa principal de la enfermedad de Ménière es el aumento anormal de la endolinfa en el oído interno. Con esta máxima como hipótesis principal, el estudio realizado por el doctor Suárez consigue dar un paso más allá en el protagonismo de la resonancia magnética en el diagnóstico de esta patología.
Gracias a una máquina de resonancia de tres Teslas de potencia de campo -el doble de las habituales-, a los pacientes participantes en este estudio se les administró una dosis intravenosa de contraste. A través de la secuencia 3D-REAL-IR, que permite distinguir la endolinfa del hueso que rodea al oído interno, se consiguieron las mejores imágenes posibles, en el menor tiempo y con las mínimas incomodidades «en un protocolo muy optimizado».
Con los datos resultantes, los radiólogos han calculado el porcentaje de oído ocupado por la endolinfa y lo han expresado en ratios de ocupación con los que se han establecido los umbrales de afectación.
El codirector del Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Nicolás Pérez, ha subrayado la importancia de este estudio interdisciplinar porque «hasta ahora, el diagnóstico de la enfermedad de Ménière era fundamentalmente clínico. Se llegaba a él a través de los síntomas del paciente y de las pruebas auditivas y vestibulares, que informan del estado funcional del oído interno».
«Gracias a estas nuevas secuencias, por primera vez podemos ver una imagen de la alteración más relevante en estos pacientes. Este tipo de pruebas son novedosas, porque antes había que esperar al fallecimiento, hacer la necropsia, procesar el hueso temporal y verlo al microscopio, algo que se llevaba a cabo en dos laboratorios de todo el mundo y solo para investigación», destaca el doctor Pérez.
Asimismo, añade que «esta metodología de imagen permite contar con una información en la consulta de la que carecían». «Además, nos está aportando conocimiento sobre un amplio abanico de alternaciones en el oído interno que nos sirven para comprender mejor otras enfermedades que se manifiestan por pérdida de audición o vértigos, que no tienen el diagnóstico de enfermedad de Ménière», apunta.