Una multitud de jóvenes burkineses obliga a retroceder a un convoy militar francés
Una multitud de jóvenes burkineses contraria a la operación militar Barkhane que lidera Francia en la región del Sahel ha obligado a retroceder a un convoy del Ejército galo que se dirigía a la frontera con Níger, según ha informado la agencia oficial de noticias de Burkina Faso, AIB.
El incidente, que hasta el momento no ha dejado víctimas, ha ocurrido en la localidad de Kaya, donde los jóvenes procedieron a bloquear el jueves la carretera nacional que atravesaba la ciudad.
«Los manifestantes recibieron el respaldo de la población durante toda la noche, lo que les permitió pasar una vigilia pacífica», según fuentes de la emisora Radio Zama en una información recogida por la cadena Burkina24.
Integrantes de las fuerzas francesas intentaron dispersar a la población «pero los jóvenes manifestantes siguen decididos y unidos en su lucha contra la presencia de soldados franceses en suelo burkinés», de acuerdo con la emisora.
Según las últimas informaciones de la agencia oficial de noticias, el convoy se ha retirado a un garaje ubicado a la entrada de la ciudad, a la espera de nuevas órdenes.
Estas protestas tienen lugar después del ataque a un destacamento de gendarmería en Inata que dejó más de 50 muertos; uno de los más mortíferos contra las fuerzas de defensa y seguridad en Burkina Faso, seis años después del inicio de la violencia yihadista.
El experto regional Mahamoudou Sawadogo explicó poco después al canal francés TV5Monde que el incremento de la violencia yihadista se está combinando con un sentimiento «antifrancés cada vez más exacerbado» en el país, que considera como el «eslabón débil» de la operación liderada por Francia en la región del Sahel por la falta de reacción de las autoridades locales.
Burkina es escenario de ataques tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, que han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado en los últimos meses a voluntarios para que ayuden en la lucha antiterrorista.