Una manifestación pide en San Sebastián «acelerar el regreso a casa» de los presos de ETA
Sare afirma que, aunque han quedado atrás «el aislamiento y cárceles lejanas», quedan por conseguir la libertad condicional y terceros grados
SAN SEBASTIÁN, 21
Una manifestación convocada por la red ciudadana de apoyo a los presos de ETA Sare ha exigido este sábado en San Sebastián que se «acelere el regreso a casa» de estos reclusos. Los convocantes han advertido de que, aunque se ha «dejado atrás el aislamiento y las cárceles lejanas», quedan por conseguir otros «derechos» para los presos de ETA, como la libertad condicional o los terceros grados.
La convocatoria, en favor del acercamiento de los reclusos de ETA y para reclamar «que se desactive la totalidad de las medidas de excepción que se les sigue aplicando», ha sido apoyada representantes de la asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat, las juventudes de Sortu, Ernai, y los sindicatos LAB y Steilas.
De forma previa al inicio de la marcha, el portavoz de Sare Inaxio Oiarzabal ha asegurado que este es «un momento positivo» al que se ha llegado con «pequeños cambios», gracias a «la aportación tanto de la sociedad como de los sindicatos y partidos».
«Se ha hecho un gran trabajo de consenso, de activación de movilización, y creemos que tenemos que seguir trabajando ese camino para poder agilizar el proceso de regreso a casa de los presos», ha señalado.
Oiarzabal ha valorado que se ha «dejado atrás el aislamiento, las cárceles más lejanas» y los primeros grados, pero ha advertido de que «todavía hay un largo camino para que se cumplan todos sus derechos y se les aplique lo que la ley ordinaria dicta».
«TERCEROS GRADOS Y LIBERTAD CONDICIONAL»
«Todavía está el problema de conseguir los terceros grados, las libertades condicionales, el problema de los presos gravemente enfermos o de las mujeres presas», ha enumerado.
Por ello, ha llamado a «seguir avanzando en la misma dirección» de los últimos años para «conseguir que el proceso de regreso a casa de los presos llegue cuanto antes».
La marcha, encabezada por varias personas que portaban una pancarta de grandes dimensiones en la que podía leerse «Etxerak nahi ditugu (Los queremos en casa)», se ha iniciado a las 17.30 horas de la tarde en la Plaza del Buen Pastor.
Los manifestantes, entre los que destacaban niños que portaban globos de colores azul y blanco, han desfilado en columnas, con mascarilla, y separados por la distancia de seguridad establecida con motivo de la pandemia.
A lo largo de la manifestación se han exhibido otras parcartas con el eslogan «Ibilian ibilian, etxerako bidean (Paso a paso, el regreso en camino a casa)» o «Es la hora, los presos a casa», y se han coreado lemas en favor del acercamiento de los reclusos.
Durante el trayecto, que ha discurrido por la calle San Martín, Reina Regente, Puente Kursaal, y que ha desembocado el el puerto, se han incorporado colectivos que respadaban la manifestación. La convocatoria ha concluido con la lectura de un manifiesto en el que se ha saludado el inicio de «una nueva etapa: la de dejar atras la politica de alejamiento y recorrer el camino de vuelta a casa de las personas presas y refugiadas».
Por ello, han pedido «que todas las presas y todos los presos esten en Euskal Herria y que se aplique la progresion de grados». «Ese es el camino a recorrer durante los proximos meses. Ese es el caminoa recorrer para traer a casa a presas y a presos vascos», han reiterado
Para Sare, se está llegando «al fin de la politica penitenciaria de excepcion que ha estado vigente durante años», pero ha advertido de que esta legislación «tiene muchos flecos, y todavía, a pesar de que se han dado los pasos mencionados, hay nudos que hay que desatar».
Entre los «nudos» a «soltar» ha citado el «los presos gravemente enfermos» que «deben estar en casa» o las 29 «mujeres presas que todavía están sufriendo una situación de alejamiento y aislamiento» en España y Francia, así como la resolución de la situación de los reclusos de edades superiores a 65 años.
También han reclamado la petición de derogación de la ley 7/2003 «que afecta a alrededor de 60 presos de ETA y que, en definitiva, es una ley para encubrir la cadena perpetua, alargando más allá de lo establecido en la legislación ordinaria las penas de carcel».