Un panel de expertos critica la lentitud de los países y de la OMS ante los primeros indicios de la pandemia
El grupo de expertos internacionales designados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evaluar la respuesta al Covid-19 ha criticado, en un informe recientemente publicado, la lentitud de respuesta de los países y del organismo de Naciones Unidas ante los principios indicios de la existencia de la pandemia del Covid-19.
Y es que, a pesar de que se preveía desde hace décadas que algo así podría ocurrir, los países, entre los que se incluye a China, lugar donde se originó el nuevo coronavirus, no estaban preparados para responder «rápido» a una pandemia. De hecho, los expertos han reprochado al país asiático y al resto de estados que no aplicaran medidas de salud pública «más contundentes» cuando detectaron los primeros casos de contagio. Y es que, según la información analizada, solo unos pocos países aprovecharon plenamente los datos que tenían para responder ante las pruebas de una epidemia emergente.
«Durante la reunión de información técnica celebrada el 4 de febrero de 2020 en el marco del Consejo Ejecutivo, la Organización Mundial de la Salud informó de que había más de 12.000 casos confirmados en China y solo 176 casos en el resto del mundo, prueba definitiva de la existencia de transmisión de persona a persona y señal clara para todos los países, incluso para aquellos con pocos casos, de la necesidad de actuar con rapidez para contener la propagación. Esa señal fue desatendida en demasiados países», han denunciado los expertos.
En general, y según el análisis de la cronología inicial de las primeras fases del brote, todo parece indicar que podría haberse reaccionado «más rápidamente» cuando aparecieron los primeros signos de que el coronavirus se estaba transmitiendo. «Si se hubiese aplicado el principio de precaución en relación con los primeros datos indicativos, pero no confirmados de transmisión de persona a persona y de transmisión asintomática, tanto la OMS como las autoridades nacionales y locales podrían haber emitido advertencias más oportunas y firmes sobre la posible transmisión entre personas», ha asegurado el panel.
EN LA PRIMERA OLA SE INFECTARON MÁS PERSONAS DE LAS COMUNICADAS
A su juicio, ésta «claro» que el volumen de infecciones en el primer período de la epidemia en todos los países fue superior al comunicado. «La consiguiente falta de visibilidad sobre gran parte de la epidemia facilitó su propagación mundial. De hecho, las simulaciones realizadas muestran que las conexiones de tráfico aéreo predecían la difusión mundial del virus durante la fase temprana de la epidemia», han detallado los investigadores.
Según el informe, existen pruebas procedentes de Wuhan (China) que demuestran que, gracias a la secuenciación local, comercial y de última generación llevada a cabo a finales de diciembre de 2019, se obtuvieron los primeros indicios de un nuevo virus responsable de los casos de neumonía de origen desconocido observados clínicamente.
«Eso pone de relieve la posibilidad de otorgar un papel más importante a esas técnicas relativamente económicas, las cuales pueden mejorar con los avances técnicos en secuenciación paralela para obtener resultados fiables y de alto rendimiento por una fracción de los costos anteriores», han aseverado los expertos, para comentar que las autoridades de China podrían haber aplicado medidas de salud pública «más contundentes» en enero.
El panel de expertos también tiene «claro» que a finales de enero de 2020 ya había pruebas de casos de contagio de coronavirus en varios países. «Todos los países que detectaron casos probables deberían haber aplicado medidas de contención de salud pública inmediatas, pero no lo hicieron», han lamentado.
Del mismo modo, han dudado sobre los motivos por los que el Comité de Emergencias convocado por la OMS, en virtud del Reglamento Sanitario Internacional, no se reunió hasta el 22 de enero, ni tampoco por qué no pudo ponerse de acuerdo sobre la declaración de una emergencia de salud pública de importancia internacional en su primera reunión.
Así, y a pesar de que el 30 de enero se declaró la emergencia, el panel ha advertido de que el grado en que los países respondieron a esa declaración no fue el esperado, al tiempo que se preguntan si habría sido de ayuda que la OMS hubiese utilizado antes el término pandemia . «Aunque ese término no se utiliza ni se define en el Reglamento Sanitario Internacional (2005), su uso sirve para llamar la atención sobre la gravedad de un problema de salud. La OMS no utilizó ese término hasta el 11 de marzo», han informado.
El grupo de expertos ha registrado un total de casi 900 recomendaciones publicadas por la OMS, sus oficinas regionales y otras organizaciones internacionales desde el 1 de enero hasta el 14 de noviembre de 2020. Esas recomendaciones son principalmente orientaciones técnicas, como informes técnicos, científicos y de política, consideraciones, orientaciones provisionales y de evaluación de riesgos, notas descriptivas y protocolos, listas de verificación y otras herramientas preparadas para gobiernos, autoridades de salud pública y trabajadores de la salud de primera línea.
«Ha habido un fracaso generalizado a la hora de tomar en serio el riesgo existencial que la amenaza pandémica entraña para la humanidad y su lugar en el futuro del planeta. En vez de efectuar evaluaciones de riesgos y poner manos a la obra con visión de futuro, la reacción colectiva se ha resumido en una suma de buenos deseos», han detallado, para avisar de que sería «inconcedible» que la comunidad internacional volviera a «fallar» y «desoyera una vez más» los llamamientos que la instan a prepararse contra una amenaza pandémica.
Dicho esto, los expertos han llamado la atención sobre las desigualdades que hay entre los países en la respuesta al Covid-19, señalando que no se va a poder aprovechar «al máximo» el potencial de las vacunas si la decisión de quién las recibe recae en el poder económico y no en los principios básicos de justicia e igualdad.
EL SISTEMA MUNDIAL DE ALERTA DE PANDEMIA NO CUMPLE SU FUNCIÓN
Por otro lado, los expertos han recalcado que los procedimientos y protocolos que acompañan al Reglamento Sanitario Internacional, en particular los que llevan a declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional, parecen provenir de una «era analógica ya sobrepasada», por lo que han destacado la necesidad de incorporarlos a la era digital.
«Para poder reaccionar con la celeridad necesaria para afrontar el riesgo de epidemia, esto es, en días en lugar de semanas, se requiere un sistema de información distribuido, alimentado por personal de laboratorios y dispensarios locales, y apoyado por herramientas de obtención instantánea de datos y de adopción de decisiones», han explicado.
Del mismo modo, el panel ha mostrado su «asombro» por el hecho de que la OMS esté sometida a «tan graves limitaciones» en su potestad para validar los informes sobre brotes infecciosos y para poder desplegar localmente medios de apoyo y contención. «Los incentivos a la cooperación son demasiado endebles para garantizar que los estados participen en el sistema internacional de manera eficaz, disciplinada, transparente, responsable y oportuna», han dicho.
Finalmente, los expertos han subrayado la importancia de que se cree un nuevo marco mundial que apoye la prevención de pandemias y la protección contra ellas, y han lamentado que en muchos países se estén incumpliendo las medidas no farmacológicas para frenar la expansión del virus. «En demasiados países, el incumplimiento de estas medidas sigue cobrándose un tributo inaceptable en número de muertos, enfermos y continuos contagios», han zanjado.