Un nuevo fármaco de anticuerpos despierta el sistema de defensa del organismo en el cáncer en fase avanzada
Investigadores de la Universidad de Turku (Finlandia) han demostrado que un tratamiento con anticuerpos, bexmarilimab, reactiva la defensa inmunitaria en pacientes con cáncer en fase avanzada. Según sus hallazgos, publicados en la revista Clinical Cancer Research , el tratamiento altera la función de los fagocitos del organismo y facilita una amplia activación del sistema inmunitario.
La defensa inmunitaria es el sistema de defensa propio del organismo equipado para combatir el cáncer. Sin embargo, el cáncer aprende a esconderse de los ataques inmunitarios y aprovecha este sistema para promover su propio crecimiento. Por lo tanto, sería beneficioso poder devolver la defensa inmunitaria para restringir el avance del cáncer.
Los macrófagos, un tipo de glóbulos blancos, son fundamentales en la lucha contra el cáncer. El cáncer educa a los macrófagos para someter al sistema de defensa y hace que muchos tratamientos dirigidos al sistema inmunitario sean ineficaces.
«En la mayoría de los pacientes, el tratamiento con anticuerpos activó las células T asesinas, que son la fuerza de ataque del organismo contra el cáncer. Además, el tratamiento con anticuerpos redujo con éxito el potencial supresor de los precursores de macrófagos que viajan en la circulación sanguínea. Los pacientes también mostraron un aumento de ciertos mediadores de la inflamación y tipos de glóbulos blancos en la sangre», describe la líder del estudio, Maija Hollmén.
«La activación de las células T asesinas es una demostración muy prometedora de la capacidad del anticuerpo para potenciar el sistema de defensa contra el cáncer. Los pacientes tratados tenían cánceres muy avanzados y poco tratables, lo que pone de manifiesto la importancia de los resultados», añade otra de las autoras, la doctoranda Jenna Rannikko.
La investigación también aportó nueva información sobre el modo de acción del bexmarilimab. El anticuerpo se une a la molécula Clever-1 presente en los macrófagos y altera su función. Clever-1 transporta material innecesario al interior de los macrófagos para ser degradado. Los objetos eliminados de este modo se esconden bajo la alfombra, por así decirlo. Este tipo de ocultación es beneficioso para el equilibrio natural del organismo y ayuda a no agitar la defensa inmunitaria innecesariamente.
Sin embargo, las células procedentes del cáncer deben ser detectadas. Cuando el anticuerpo se utiliza para impedir que Clever-1 realice su trabajo de limpieza, facilita la activación de las células de la defensa inmunitaria. Esto, en parte, conduce al despertar de las células T en los pacientes.