Un nuevo estudio apunta que el riesgo de infección en bebés nacidos de madres con COVID-19 es bajo

Investigadores del Karolinska Institutet y de la Agencia de Salud Pública de Suecia han estudiado a los recién nacidos cuyas madres dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2 durante el embarazo o el parto. Los resultados muestran que, aunque tienen más probabilidades de nacer antes de tiempo, muy pocos estaban infectados por la COVID-19.

El estudio, publicado en la revista científica Journal of the American Medical Association , respalda la recomendación de no separar a la madre y al bebé después del parto. El estudio abarcó el 92 por ciento de todos los neonatos, casi 90.000 nacimientos, en Suecia durante el primer año de la pandemia (del 11 de marzo de 2020 al 31 de enero de 2021), lo que lo convierte en uno de los mayores conjuntos de datos en este campo hasta la fecha.

Los resultados muestran un nivel de morbilidad ligeramente superior en los neonatos cuyas madres dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2, incluido un mayor riesgo de trastornos respiratorios, que se debieron en gran medida al mayor número de nacimientos prematuros en este grupo. No se pudo observar ninguna correlación directa entre la infección materna y la infección respiratoria o la neumonía neonatal.

Un total de 2.323 bebés nacieron de madres seropositivas al SRAS-CoV-2, de los cuales alrededor de un tercio fueron sometidos a pruebas cerca o justo después del parto. Solo 21 (el 0,9%) de los bebés de estas mujeres dieron positivo en las pruebas del virus en algún momento del periodo neonatal (los primeros 28 días), la mayoría sin mostrar ningún síntoma; unos pocos bebés fueron tratados por otros motivos distintos a la COVID-19.

El estudio respalda la recomendación de que los bebés nacidos de mujeres que han dado positivo en la prueba del SRAS-CoV-2 durante el embarazo o el parto no necesitan ser separados de sus madres al nacer. En muchos países se adopta esta medida de precaución a pesar de la falta de pruebas que la respalden.

«Separar a un recién nacido de su madre es una intervención grave con consecuencias negativas para la salud de la madre y del bebé que deben sopesarse frente a los posibles beneficios. Nuestro estudio sugiere que la madre y el bebé pueden ser atendidos juntos y que se puede recomendar la lactancia sin peligro para la salud del bebé. Es una buena noticia para todas las mujeres embarazadas, sus bebés y el personal postnatal y neonatal», explica Mikael Norman, uno de los investigadores que dirigió este estudio.

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