Un hombre mata a once personas en una sinagoga de Pittsburgh al grito de «todos los judíos deben morir»
NUEVA YORK, 27
Al menos once personas han muerto y al menos seis han resultado heridas, entre ellas cuatro agentes de Policía, en un tiroteo declarado este sábado en la sinagoga de El árbol de la vida en la ciudad estadounidense de Pittsburgh (Pensilvania, norte del país) y cuyo responsable, un hombre de raza blanca, abrió fuego de manera indiscriminada al grito de «todos los judíos deben morir» antes de resultar herido y entregarse a las autoridades.
Múltiples fuentes policiales de la cadena identifican, a falta de verificación oficial, al asaltante como Robert Bowers, de 46 años de edad.
El asaltante entró en la sinagoga, entre las avenidas de Shady y Wilkins, en la zona de Squirrel Hill, en torno a las 09.45, hora local — 15.45 en España –. Allí estaban congregadas entre 30 y 40 personas para acudir a diversas celebraciones, desde el Shabat hasta un Brit Milá, la tradicional ceremonia de circuncisión infantil.
El individuo portaba un fusil de asalto AR-15 y varias pistolas con las que abrió fuego de manera indiscriminada al grito de «todos los judíos deben morir», según han confirmado por otro lado fuentes policiales a la cadena NBC.
El asaltante abrió fuego contra los primeros efectivos de la Policía que llegaron al lugar y al menos cuatro agentes de Policía han resultado heridos. Sus vidas no corren peligro pero los otros dos heridos se encuentran en estado crítico y grave, respectivamente.
El responsable de los disparos acabó herido por los disparos de los agentes y se entregó «arrastrándose» a las autoridades, informa la cadena local KDKA. Los equipos de intervención táctica de la Policía entró en la sinagoga para buscar explosivos pero no encontraron nada.
CONDENA AL ANTISEMITISMO, GUARDIAS EN LUGARES DE CULTO
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha descrito el ataque de este sábado como un acto antisemita, y ha condenado el antisemitismo como un «mal histórico» al que hay que enfrentarse con «amor y respeto».
«Ha sido un acto aborrecible, un asesinato en masa, puro mal», ha declarado el mandatario. «Debemos alzarnos por encima del odio y abrazar nuestro destino común como americanos», ha dicho. «Tenemos que hablar de estos elementos de amor y respeto».
«La persecución de los judíos representa uno de los peores momentos de la historia. No debe haber lugar para el antisemitismo. Condenamos el mal histórico del antisemitismo y cualquier otra forma de mal, y por desgracia el mal adopta muchas formas».
«Rezamos por las familias de las víctimas y por los agentes heridos. Son gente increíble», ha añadido durante una comparecencia ante la organización de Jóvenes Granjeros en Indianapolis (Indiana).
GUARDIAS ARMADOS
Pero antes de partir a la capital del estado, Trump compareció ante los medios en términos mucho más violentos, al pedir el endurecimiento de las leyes sobre la pena de muerte y llegó a sugerir la presencia de guardias armados en lugares de culto.
«Es un mundo violento. Es un mundo muy violento», ha declarado Trump antes de dirigirse a su mítin.
«Creo que es necesario endurecer las leyes sobre la pena de muerte. Es una lástima que tenga que decir ésto, imagino que habrá gente que no esté de acuerdo conmigo, aunque no sepa por qué», ha declarado.
De igual modo, Trump ha sugerido que la presencia de guardias armados en iglesias o sinagogas podría haber impedido los actos de este «maníaco».
El presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, y la Liga Antidifamación — una de las principales organizaciones estadounidenses contra la violencia antisemita — también han condenado al unísono el ataque.
«Todo el pueblo de Israel se aflige junto a las familias de los fallecidos. Estamos con la comunidad judía de Pittsburgh. Estamos con el pueblo estadounidense ante esta horrorosa brutalidad antisemita», ha hecho saber el primer ministro israelí.
La Liga ha ido más allá, hasta calificar el ataque como el más letal jamás perpetrado contra la comunidad judía en Estados Unidos. «Es simplemente inconcebible que los judíos sean atacados durante la adoración en una mañana de sábado, e impensable que esto suceda en los Estados Unidos de América en la actualidad».