Un fármaco muestra signos de eficacia en un ensayo de pacientes con mutaciones genéticas tumorales
Un ensayo que busca adecuar nuevos tratamientos para pacientes con cáncer en función de la composición genética de sus tumores ha desvelado que el 22 por ciento de los pacientes tratados con el fármaco inhibidor de AKT ipatasertib ha reducido dichos tumores.
El estudio, dirigido por Carolyn McCourt, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos), ha incluido a pacientes con cáncer de mama y cáncer de endometrio, así como dos menos frecuentes: de la glándula anal y de la salival. En la mayoría de los otros pacientes (56%) su cáncer se mantuvo estable, lo que significa que sus tumores no se encogieron ni crecieron.
La investigación ha incluido a un pequeño número de pacientes con cánceres avanzados. Los resultados han sido presentados en el 34º Simposio EORTC-NCI-AACR sobre dianas moleculares y terapia del cáncer, que se está celebrando en Barcelona.
Ipatasertib es un inhibidor de AKT, lo que significa que actúa bloqueando una proteína llamada AKT. La AKT ayuda a que las células sanas crezcan y se multipliquen, pero los cambios genéticos de algunos tumores implican que esta proteína también puede permitir que las células cancerosas crezcan y se propaguen.
«Aunque conocemos el papel de AKT en el cáncer desde hace décadas, actualmente no hay inhibidores de AKT que hayan obtenido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. Recientemente, varios ensayos clínicos han probado los inhibidores de AKT solos o en combinación con otros tratamientos con cierto éxito», ha comentado la doctora McCourt.
La nueva investigación forma parte de un estudio de mayor envergadura, llamado NCI-MATCH, que tiene como objetivo determinar si los pacientes con cáncer pueden ser tratados con éxito mediante la selección de terapias que se dirijan a las anomalías genéticas que se encuentran en sus tumores, en lugar del tipo de cáncer que padecen. NCI-MATCH está codirigido por el Grupo de Investigación del Cáncer ECOG-ACRIN y el Instituto Nacional del Cáncer, que son parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
En el apartado del estudio que se presenta, todos los pacientes padecían tumores con una alteración genética muy específica, llamada AKT1 E17K. Se estima que esta mutación está presente hasta en el 4 por ciento de los tumores de mama, alrededor del 2 por ciento de los tumores de endometrio y en una pequeña proporción de otros tumores sólidos.
La mayoría de los 32 pacientes tratados con ipatasertib en el estudio ya habían probado al menos otros tres tipos de tratamiento. Durante el ensayo, los pacientes tomaron ipatasertib por vía oral una vez al día en ciclos de 28 días y continuaron mientras estuvieran lo suficientemente bien y el tratamiento siguiera funcionando.
En aproximadamente el 44 por ciento de los pacientes, sus tumores no crecieron durante al menos seis meses del periodo de tiempo en que tomaron ipatasertib. Los efectos secundarios más comunes que experimentaron los pacientes fueron diarrea y náuseas.
«Esta es una población de pacientes relativamente pequeña y no contamos con una gran cantidad de cada tipo de tumor individual. Sin embargo, hemos encontrado señales de que este tratamiento podría estar funcionando para algunos pacientes. Necesitamos investigar más para entender por qué los tumores de algunos pacientes no respondieron a ipatasertib, mientras que otros pacientes experimentaron un tiempo prolongado en el que su enfermedad permaneció estable con este tratamiento. También necesitamos investigar si podemos combinar ipatasertib con otros medicamentos para mejorar el resultado para más pacientes», ha señalado McCourt.
El equipo de investigación tiene previstas más muestras de tumores para buscar otras pistas que puedan ayudar a predecir qué pacientes se beneficiarán o no de este tratamiento.