Un estudio remarca la necesidad de vigilar el VIH y la hepatitis C entre los consumidores de drogas inyectables
Los países deben intensificar sus esfuerzos para hacer un seguimiento de la incidencia del VIH y del virus de la hepatitis C (VHC) entre los consumidores de drogas inyectables, y dar prioridad a este grupo en las labores de prevención y eliminación, según una nueva investigación dirigida por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y publicada en The Lancet Gastroenterology & Hepatology .
Los usuarios de drogas inyectables son uno de los principales grupos de riesgo de infección por el VIH y el VHC, por lo que es importante que los países hagan un seguimiento de la incidencia de ambos virus en este grupo de alto riesgo.
Los investigadores de la Facultad de Medicina de Bristol trataron de abordar esta cuestión resumiendo los datos de incidencia mundial del VIH y del VHC primario entre los usuarios de drogas inyectables junto con datos de incidencia específicos por edad y sexo. Realizaron una revisión sistemática y un metanálisis mediante la búsqueda de estudios relevantes publicados entre 2000 y 2022.
En esta revisión descubrieron que los datos sobre la incidencia del VIH y el VHC entre los usuarios de drogas inyectables son limitados. A nivel mundial, solo el 14 por ciento y el 12 por ciento de los países disponen de al menos una estimación sobre estos datos, respectivamente. Además, en muchos casos las estimaciones no son recientes, no son representativas a nivel nacional y suelen limitarse a una ciudad dentro de un país.
Aunque son limitados, los datos disponibles sugieren que la incidencia del VIH y el VHC es alta en esta población: una media de 1,7 por cada 100 personas al año para el VIH y de 12,1 por cada 100 personas al año para el VHC. Estas cifras significan que, por término medio, si se siguiera durante un año a 100 personas usuarias de drogas inyectables no infectadas por el VIH y el VHC, casi dos contraerían el VIH y 12 el VHC. Sin embargo, existe una variabilidad considerable en estas estimaciones: los intervalos son de 0,1-31,8 por 100 personas y año en el caso del VIH y de 0,2-72,5 por 100 personas y año en el caso del VHC.
Además, se ha observado que el riesgo de contraer el VIH y el VHC entre los jóvenes consumidores de drogas inyectables es, de media, 1,5 veces mayor que entre los consumidores de drogas inyectables de más edad, y que el riesgo de contraer el VIH era 1,4 veces mayor entre las mujeres y 1,2 veces mayor entre los hombres.
Los resultados sugieren que existe una necesidad apremiante de que la mayoría de los países amplíen la medición y el seguimiento de la incidencia del VIH y el VHC entre los usuarios de drogas inyectables dando prioridad a esta población en los esfuerzos de prevención y eliminación.
«Esperamos que nuestra revisión sistemática llame la atención sobre la importancia de vigilar las epidemias de VIH y VHC entre los usuarios de drogas inyectables y sobre la necesidad de darles prioridad en la prevención y la atención», declara la investigadora asociada en Epidemiología Matemática de la Facultad de Medicina de Bristol: Population Health Sciences (PHS) y autora correspondiente del artículo, la doctora Adelina Artenie.