Un estudio no encuentra mayor riesgo de enfermedades graves en vacunados contra la COVID-19
Las vacunas contra la COVID-19 no han causado un mayor riesgo de acontecimientos adversos como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, parada cardiaca, miocarditis, pericarditis y trombosis venosa profunda, según un estudio coordinado por Lamberto Manzoli, epidemiólogo médico y profesor del Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas de la Universidad de Bolonia (Italia).
En la investigación, publicada en la revista científica Vaccines , se realizó un seguimiento de toda la población de la provincia italiana de Pescara durante dieciocho meses, de enero de 2021 a julio de 2022.
Los investigadores recopilaron datos sanitarios de los habitantes y analizaron la frecuencia de una serie de enfermedades graves, como las cardiovasculares, la embolia pulmonar y la trombosis. La investigación demostró que ninguna de las enfermedades examinadas era más frecuente entre los vacunados que entre los no vacunados.
«Los resultados obtenidos muestran claramente que no hubo un mayor riesgo de enfermedades graves entre los vacunados. Hubo casos adversos aislados, pero se confirmó el perfil de seguridad de las vacunas utilizadas durante la pandemia: ahora es importante continuar el seguimiento durante un periodo más largo», ha afirmado Manzoli.
El estudio es actualmente el único del mundo que ha realizado un seguimiento de la población durante más de un año, teniendo en cuenta numerosos factores como la edad, el sexo y el riesgo clínico de los participantes.
Más concretamente, los resultados obtenidos muestran que tanto las muertes registradas como la aparición de las enfermedades examinadas fueron menos frecuentes entre las personas vacunadas, independientemente del sexo, la edad y el perfil de riesgo clínico.
El análisis también confirmó que las personas vacunadas que contrajeron COVID-19 estaban más protegidas frente al coronavirus que las que se recuperaron tras contraer la enfermedad pero no estaban vacunadas.
Por el contrario, se observó una mayor incidencia de las enfermedades consideradas entre quienes no habían contraído COVID-19 y sólo habían recibido una o dos dosis de la vacuna, en comparación con quienes habían recibido tres o más dosis.
«Este hallazgo contraintuitivo se debe a un sesgo epidemiológico causado por las restricciones aplicadas durante la emergencia. Los datos recogidos muestran que el 83,2 por ciento de la población vacunada que no contrajo la COVID-19 recibió al menos tres dosis de la vacuna. Los que sólo recibieron una o dos dosis no completaron el ciclo de vacunación, bien porque murieron o porque les disuadió la aparición de la enfermedad», ha precisado Manzoli.