Un estudio internacional sugiere que el Parkinson podría estar relacionado con varios tipos de agregados de proteínas
Investigadores del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE) y el Instituto Max Planck de Química Biofísica (MPI-BPC), con la colaboración de expertos de Corea del Sur, Australia y Argentina, ha sugerido, en un estudio publicado en la revista Nature Communications , que el Parkinson podría estar relacionado con diversos tipos de agregados de proteínas.
La alfa-sinucleína es una proteína que ocurre naturalmente en el cuerpo y que se supone que está involucrada en la transmisión de señales entre las neuronas. La proteína aparece tanto en la membrana celular como resuelta, flotando en el interior de la célula. Además de estas variantes «normales», hay otras que se manifiestan en enfermedades cerebrales.
Esto se aplica, por ejemplo, a la enfermedad de Parkinson y la atrofia multisistémica (MSA), patologías que pueden estar asociadas con diversos trastornos neurológicos, incluidos los trastornos del movimiento. En Parkinson y MSA, las moléculas de alfa-sinucleína se unen y, como resultado, surgen agregados alargados que se depositan dentro de las neuronas y de otras células cerebrales.
«Estos depósitos aparecen sucesivamente en varias áreas del cerebro. Son un sello distintivo de la enfermedad», han explicado los investigadores, tras comentar que estos depósitos representan un punto de partida potencial para medicamentos, los cuales podrían evitar que las moléculas de alfa-sinucleína se unan o disuelvan los agregados existentes.
Estudios previos investigaron la estructura molecular de los agregados que se sintetizaron en un tubo de ensayo, por lo que los investigadores analizaron los agregados generados a partir de muestras de tejido de pacientes. Concretamente, examinaron los agregados de las muestras de cerebro tomadas de cinco pacientes con Parkinson y cinco pacientes con MSA, todos ellos ya fallecidos.
A modo de comparación, los investigadores produjeron artificialmente diferentes variantes de agregados de alfa-sinucleína, para lo que utilizaron procedimientos estándar. Además, para comparar la estructura de los diferentes agregados aplicaron la espectroscopía de resonancia magnética nuclear y otros métodos.
«Descubrimos que las proteínas agregadas que provenían del laboratorio eran estructuralmente diferentes a todos los agregados generados a partir del material del paciente. Asimismo, las proteínas de los pacientes con MSA diferían de las de los que habían tenido Parkinson. Si se observan los datos más de cerca, se nota que todas las proteínas de los pacientes con MSA tenían una forma muy similar, mientras que las proteínas de los pacientes con Parkinson eran más heterogéneas», han comentado los expertos.
Al mismo tiempo, en la estructura de la alfa-sinucleína asociada con el Parkinson, hubo algunas diferencias significativas entre los pacientes, lo que podría deberse al hecho de que el curso del Parkinson puede variar considerablemente de un individuo a otro.
«La variabilidad de la enfermedad de Parkinson podría estar relacionada con las diferencias en el plegamiento de la alfa-sinucleína agregada. Esto chocaría con la hipótesis de una enfermedad-una cepa , es decir que la enfermedad de Parkinson está asociada con una forma agregada claramente definida. Sin embargo, nuestros resultados demuestran que los estudios con muestras de tejido de pacientes son necesarios para complementar los experimentos de laboratorio de una manera sensata», han zanjado.