Un estudio insta a gravar a los viajeros frecuentes para descarbonizar la aviación de forma justa
Este tribuno al 2% de la población mundial podría generar el 81% de los ingresos necesarios hasta 2050 para descarbonizar la aviación
Un nuevo análisis del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés) muestra que una fiscalidad progresiva, que recoja una tasa a los viajeros frecuentes, puede generar ingresos para descarbonizar el sector de la aviación de forma equitativa.
Esta tasa, denominada Frequent Flying Levy (FFL), sería un impuesto por vuelo que aumenta a medida que una persona realiza más vuelos en un año, en contraste con un impuesto fijo sobre el billete que se mantiene igual independientemente de cuántos vuelos se realicen.
El estudio llega en el momento en que los gobiernos de todo el mundo se reúnen en la asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo especializado de las Naciones Unidas. Este foro se celebra en Montreal entre el 27 de septiembre y el 7 de octubre con el fin de forjar un objetivo de cero emisiones netas para la aviación.
La OACI estima que puede ser necesaria una inversión anual de 121.000 millones de dólares (126.662 millones de euros) hasta 2050 para lograr una reducción de emisiones compatible con un tope de 1,75 grados en la temperatura global, por lo que la cuestión de cómo pagar esta inversión de forma justa y equitativa está presente en la agenda internacional.
Según el informe, esta tasa global generaría el 81% de los ingresos necesarios para descarbonizar la aviación a partir de sólo el 2% de la población mundial, y el 90% de los ingresos a partir del 10% más rico de la población mundial.
Además los países de altos ingresos contribuirían con el 67% de los ingresos mundiales totales con un FFL. Dado que los países de altos ingresos han emitido alrededor del 70% del CO2 de la aviación durante las últimas cuatro décadas, el análisis apunta que la carga de los costes bajo un FFL seguiría de cerca las emisiones históricas de la aviación.
El informe señala también que la demanda de viajes en el futuro podría caer modestamente (-7%) en respuesta a la fiscalidad medioambiental. Según sus cálculos, la población con el 5% de ingresos más altos reduciría los vuelos en un 12%, mientras que el impacto en el 80% más bajo sería insignificante.
«Los viajeros frecuentes deberían cubrir una mayor parte de los costes asociados con las tecnologías limpias. De lo contrario, algunas personas podrían verse obligadas a dejar de volar, aquellas que apenas contribuyeron a la crisis climática en primer lugar», asegura Sola Zheng, autora principal del estudio.
El informe concluye que la implementación de un FFL global requeriría esfuerzos significativos, como la creación de una base de datos de frecuencias de vuelo precisa y protegida de la privacidad y el establecimiento de un marco de gobernanza para el uso de los ingresos.