Un estudio demuestra que los videojuegos no dañan las capacidades cognitivas de los niños pequeños
Una investigación dirigida por la Universidad de Houston (Estados Unidos) ha demostrado que los videojuegos no dañan las capacidades cognitivas de los niños pequeños.
Los padres llevan años escuchando de que los niños que pasan hora tras hora jugando a videojuegos, o eligen juegos de determinados géneros, tienen resultados poco saludables en su capacidad cognitiva.
«Nuestros estudios no revelaron tales vínculos, independientemente del tiempo que jugaran los niños y de los tipos de juegos que eligieran», ha explicado Jie Zhang, profesor asociado en la Facultad de Educación de la Universidad de Houston y miembro del equipo de investigación, cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica Journal of Media Psychology .
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores examinaron los hábitos de juego con videojuegos de 160 preadolescentes de diversas escuelas públicas urbanas (el 70% procedía de hogares con bajos ingresos), lo que representa un grupo de edad menos estudiado en investigaciones anteriores. Los estudiantes participantes declararon jugar a videojuegos una media de 2,5 horas diarias, y los más jugones del grupo llegaron a jugar hasta 4,5 horas al día.
El equipo buscó la relación entre el uso de videojuegos por parte de los estudiantes y su rendimiento en la prueba estandarizada de capacidad cognitiva 7, conocida como CogAT, que evalúa las habilidades verbales, cuantitativas y no verbales/espaciales.
El CogAT se eligió como medida estándar, en contraste con las calificaciones comunicadas por los profesores o las evaluaciones de aprendizaje autodeclaradas en las que se han basado anteriores proyectos de investigación.
«En general, ni la duración del juego ni la elección de géneros de videojuegos tuvieron correlaciones significativas con las medidas CogAT. Este resultado demuestra que no existe una relación directa entre el uso de videojuegos y el rendimiento cognitivo, a pesar de lo que se había supuesto», ha afirmado May Jadalla, profesora de la Escuela de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad Estatal de Illinois e investigadora principal del estudio.
Pero el estudio también reveló otra cara de la cuestión. Ciertos tipos de juegos descritos como una ayuda para que los niños desarrollen habilidades cognitivas saludables tampoco presentaban efectos mensurables, a pesar de los mensajes de marketing de los juegos.
«El estudio actual resultados que concuerdan con investigaciones anteriores, según las cuales los tipos de juego que parecen aumentar las funciones cognitivas en adultos jóvenes no tienen el mismo impacto en niños mucho más pequeños», ha detallado C. Shawn Green, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Los expertos también advierten que el tiempo dedicado al juego apartó a los jugadores más intensos de otras actividades más productivas (los deberes, concretamente), en un proceso que los psicólogos denominan desplazamiento. Pero incluso en esos casos, las diferencias eran escasas entre esos participantes y las medidas CogAT de las capacidades cognitivas de sus compañeros.
«Los resultados del estudio muestran que los padres probablemente no tengan que preocuparse tanto por los contratiempos cognitivos entre los niños aficionados a los videojuegos, hasta quinto de primaria. Unas cantidades razonables de videojuegos no deberían suponer ningún problema, lo cual será una buena noticia para los niños. Sólo hay que vigilar los comportamientos obsesivos. Cuando se trata de videojuegos, encontrar un terreno común entre padres e hijos pequeños ya es bastante complicado. Al menos ahora entendemos que encontrar el equilibrio en el desarrollo infantil es la clave, y no hay por qué preocuparse en exceso por los videojuegos», ha remachado Zhang.