Un estudio alerta de que los suplementos de Omega-3 pueden aumentar el riesgo de fibrilación auricular
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Virginia Commonwealth University (Estados Unidos), y publicado en el European Heart Journal , ha alertado de que los suplementos de Omega-3 pueden aumentar el riesgo de fibrilación auricular.
Algunos ensayos clínicos han sugerido que los ácidos grasos omega-3 pueden estar asociados con un mayor riesgo de fibrilación auricular, el trastorno del ritmo cardíaco más común. Las personas con el trastorno tienen cinco veces más probabilidades de sufrir un derrame cerebral.
Estos estudios probaron diferentes formulaciones de ácidos grasos omega-3 en diferentes dosis. Por lo tanto, los autores realizaron un metanálisis completo de ensayos controlados aleatorios para responder a la pregunta de si los aceites de pescado estaban relacionados de manera consistente con un riesgo elevado de fibrilación auricular.
El análisis incluyó cinco ensayos controlados aleatorios que investigaban los efectos de la suplementación con ácidos grasos omega-3 en los resultados cardiovasculares. Los participantes tenían triglicéridos elevados y estaban en alto riesgo de enfermedad cardiovascular o tenían enfermedad cardiovascular establecida.
Un total de 50.277 pacientes recibieron aceites de pescado o placebo y fueron seguidos durante entre 2 y 7,4 años. La dosis de aceites de pescado varió de 0,84 gramos a 4 gramos por día. De esta forma, los expertos encontraron que la suplementación con ácidos grasos Omega-3 se asoció con un riesgo significativamente mayor de fibrilación auricular en comparación con el placebo con una tasa de incidencia de 1,37.
«Nuestro estudio sugiere que los suplementos de aceite de pescado están asociados con un riesgo significativamente mayor de fibrilación auricular en pacientes con riesgo cardiovascular elevado. Aunque un ensayo clínico indicó efectos cardiovasculares beneficiosos de la suplementación, se debe considerar el riesgo de fibrilación auricular cuando dichos agentes se recetan o compran sin receta, especialmente en personas susceptibles de desarrollar el trastorno del ritmo cardíaco», han zanjado los expertos.